lunes, 13 de septiembre de 2010

Turismo Express (o cómo ver Italia Norte en cinco días y medio)

Todo comenzó el día sexto de septiembre, dos días antes de nuestra odisea por tierras extranjeras, cuando al ir a imprimir los billetes de la aerolínea, que vamos a llamar “R”, sólo se pudieron imprimir los de vuelta Bologna-Málaga, pero los de ida Málaga-Bologna no. Total (¡me encanta esa expresión!), que Víctor y Dani se plantan en el aeropuerto en R con aires de guerra y van y les dicen que ¡El vuelo se ha cancelado!. Así que tras mucho pelear la solución mas adecuada fue que nos reubicaran en otro vuelo, que resultó ser Granada-Bérgamo (esto tiene otra historia que cuento más adelante…)

 

DIA 1º: Málaga – Granada – Bérgamo – Milán - Bologna (ahí es ná)

El día ocho, fiesta en Málaga, quedamos en la mañana temprano para ir en autobús hasta Granada, desde allí coger un bus al aeropuerto de Granada (en Santa Fe…), y desde allí coger el vuelo para Bérgamo. Comprobé una vez más que no estoy hecho para volar… Llegados a Bérgamo cogimos un autobús hacia Milán, a la estación de trenes (impresionantemente grande, por cierto), donde dejamos los equipajes, sacamos billetes para Bologna e iniciamos nuestra aventura en metro. Al salir del metro lo primero que nos encontramos fue el Duomo de Milán (¿qué decir? La primera Maravilla) y la Galería de Vittorio Emmanuele II, muy atrayente, con muchísimos turistas, música de piano en directo y todo el encanto del mundo. Después nos dimos un largo paseo por el centro de Milán y buscamos un lugar donde comer. Acabamos cenando en el restaurante donde nos hablaron en español (qué fácil de convencer…) y aquí empezó el “tour de la pasta” que no ha parado hasta hoy (¡qué rico todo! tagliatelle, spagheti, tortellini, tortelloni…). Apuramos todo lo que pudimos hasta la hora de salida del tren hacia Bologna y hasta nos metimos en “el corte inglés italiano” donde en la última planta había una terraza con vistas al Duomo. Después volvimos a la estación y tomamos el tren a Bologna (¡y qué tren! si no era de los años treinta estaba muy bien disimulado). Llegamos tarde en la madrugada (es decir, temprano) y tomamos un taxi hasta nuestro hotel, el Top Park Hotel, y nos dimos cuenta de lo lejos que estábamos del mundo. A dormir que mañana será otro día.

DIA 2º: Bologna

Nos despertamos y desayunamos (el desayuno del hotel es regular… lo advierto) y tomamos el autobús “gratuito” hacia Bologna (el nº 96) y nos bajamos en el centro para buscar la Piazza Maggiore y desde ahí calcular el tiempo que tardaríamos en ir a la estación de trenes (imposible tarea, nos paramos quinientas mil veces para hacer fotos). Vimos la Piazza Maggiore, San Petronio, una basílica enorme, a Nettuno (¬¬) en su fuente, y después fuimos a ver “le due torri” y subimos a la más alta (creo que eran 468 escalones, 97 metros de torre) para no perdernos las vistas de la cuidad “roja” que son increíbles. Comimos pizza gigante de pomodoro y echamos el resto del día pateándonos la cuidad para ver cosas: fuentes, parques, la fiesta de Berlusconi en la plaza del XX Settembre… nimiedades. Acabamos cenando en un ristorante donde cenaban las celebridades y había en sus paredes fotos que lo atestiguaban. Se nos hizo de nuevo tarde y volvimos a descansar para el día siguiente, que había plan de los gordos.

DIA 3º: Venecia

Nos despertamos –muy- temprano y fuimos hacia la estación para coger un tren a Venecia (el tema “trenes” es peliagudo… cuando lleguemos a la noche de hoy lo sabréis) y nos dejó en la estación central. Nada más salir nos topamos con el Gran Canal de bruces y nos dejó tontos para el resto del día. Decidimos que íbamos a ir andando hasta la Piazza San Marco, unos 40 minutos a pie, y pararnos en el Ponte Rialto para hacer fotos (por cierto, el puente es magnífico). Casi dos horas después conseguimos llegar, porque lo que pensábamos que iba a ser un paseo se convirtió en una aventura, con paradas en todas las tiendas de máscaras venecianas y de cristal de Murano. Cuando llegamos a la plaza estaba inundada (La plaza es lo más bajo de Venecia y se inunda con las mareas…) y había muchísima cola para entrar a la basílica de San Marco, así que fuimos a por comida y nos pusimos a la cola. Entramos a la basílica y me quedé impresionado con los mosaicos de teselas de las paredes (cualquiera hace eso hoy en día…) e hicimos fotos desde lo alto de la basílica. Bajamos y dimos una vuelta por la plaza cuando bajó la marea y vimos tiendas y música popular italiana en plena plaza, y comimos helado e hicimos mil fotos, y fuimos al puente de los Suspiros, y cogimos el Vaporetto para subir por el Gran Canal hacia la estación (Sin duda, eso ha sido lo mejor del viaje) y nos dejamos arrastrar por la belleza de la cuidad, el colorido de las tiendas y todo, absolutamente todo lo que tiene Venecia para ofrecer. Acabamos cenando en la via Spagna y volvimos al tren. El tren: ¡¡una odisea!! Se pueden comprar los billetes eligiendo asiento o “sin asiento asegurado” que fue el que elegimos… Salimos corriendo para coger buen sitio y al final “conquistamos” cuatro asientos para cinco personas. Luego llegaron sus dueños legítimos y nos echaron…. Total (otra vez… jeje) que acabamos en el pasillo del “tren con destino a Auschwitz” que os conté antes, durmiendo en el suelo y siendo fotografiados por otros turistas… (la que iríamos liando…) Llegamos de madrugada de nuevo y a dormir para el día siguiente.

DIA 4º: Bologna – Verona

Este día descasamos un par de horas más y fuimos nuevamente a Bologna con la intención de alquilar un coche e ir a Siena y Verona (luego comprobamos que Siena y Verona están cada una en una punta…) pero no había coches disponibles y Oli y Ainhoa tuvieron que ir al aeropuerto a por uno mientras que Dani, Víctor y yo deambulábamos por Bologna (deambular, lo que se dice deambular…. dimos un paseo por unos puestos de hippies y acabamos tirados en un parque esperando que nos avisaran los del coche para irnos). Oli y Ainhoa llegaron a medio día y salimos directos a Verona, cuidad de Romeo y Julieta (mentira… es Siena según Shakespeare, pero las casas de ambos están allí). Verona es simple, de pueblo, pero con muchísimo encanto, con un puente genial donde hay unas vistas increíbles de la puesta de sol, con la casa de Julieta y una estatua suya (con un pecho desgastado porque todo el mundo se hace una foto tocándoselo [el pecho]), donde está la casa de Romeo, cerrada a cal y canto y con cámaras de vigilancia… Se nos fue el santo al cielo haciendo fotos y echamos la tarde entera. A la vuelta pasamos por la Piazza dei Signori, donde por casualidad nos topamos con el XXX Campeonato nacional de Sbandieratori e musici, un espectáculo digno de ver, con auténticos malabaristas que llegan a bailar hasta cinco banderas a la vez. Después cenamos y se nos hizo tarde de nuevo, así que volvimos a Bologna para el día siguiente ir a Florencia, no sin antes decidir que haríamos una parada en Pisa para hacernos la foto con la torre.

DIA 5º: Pisa – Florencia

Nos levantamos de nuevo –muy- temprano, cosa así de las seis y media de la mañana, después de habernos acostado a las dos (o más) y emprendimos el viaje a Pisa, donde estuvimos “cinco minutos” (¿a quién queríamos engañar?) y a mediodía más o menos, después que contemplar la Piazza del Duomo de Pisa, con su torre inclinada y tuvimos nuestro momento friki de fotos con la torre. Lo que vimos de Pisa, que fue nada, es maravilloso. Merece la pena ir. ¡Y nos fuimos a Florencia!. En realidad me esperaba otra cosas de Florencia. No sé si es porque ya estábamos saturados artísticamente o porque esperaba otra cosa… pero Florencia a primera vista no me entró.Lo primero que vimos fue la galería de la Academia, directos al David. Delante de la estatua de mármol te quedas sin palabras, ¿cómo es capaz el hombre de hacer algo así?. Después salimos para el Duomo. El Duomo es bonito por fuera, pero por dentro está vacío, es soso, y además está rodeado y no hay espacio para contemplarlo realmente, así que no me llevé buena idea. Toda mi concepción de Florencia cambió cuando entramos en la plaza de la Signoria, donde habían réplicas de esculturas en plena calle, donde ya había espacio para los “oh, que maravilla”. Después vimos la galería de los Ufizzi (por fuera…) y fuimos hacia el Ponte Vecchio (inimaginable) y al mirador. Después nos encontramos con Fran, que estaba de viaje también por allí, y cenamos juntos, y después de disfrutar con la ciudad nos fuimos de vuelta al hotel para terminar el turismo y volver a Málaga.

DIA 6º (HOY): Bologna – Málaga

El vuelo de vuelta si que estaba bien y no nos lo habían cancelado… Hoy hemos dedicado la mañana a pasear por el centro de Bologna, comprar mortadela y parmesano cerca de la Piazza Maggiore y devolver el coche en el aeropuerto y tomar el avión de vuelta (¡qué mal lo he pasado en el avión!). En cuanto hemos llegado a Málaga hemos ido a R y le hemos puesto una hoja de reclamaciones por incluirnos Milán en el viaje, ¡en vez de darle las gracias! Y por fin… Llegué.

Próximamente fotos.

3 comentarios:

  1. Uf! no sé si yo hubiese sido capaz de resumir tanto por cinco días y medio que hayan sido.
    Y que suerte la tuya "pasear" por Italia.
    Me encanta!!
    He estado varias veces y volvería -volveré- sin pensarmelo dos veces.
    Un saluto, Curro.
    (a la espera de esas fotos)

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  2. Y x fin llegastes... en el blog se te echa de menos!! Un beso.

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  3. Envidia (de la buena, por supuesto) Un abrazo

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