- Debes saber que no es casual. Cantar es por necesidad -
Después de tanta sed de música, de imaginar cada minuto del concierto, de esperar cruzar las miradas con “mi” gente… Al fin llegó el día acordado, 26 de junio para ser más exactos, y mi espíritu daba saltos de emoción haciendo sentir un cosquilleo en mi barriga. –Me prometo seguir temblando cada vez que suba a un escenario. – me repetía a mí mismo. A tal punto llegaba mi estado que preparando el concierto olvidé las canciones que tanto he repetido y que me sé de memoria.
Pero llegó el momento y la calma conquistó mis sentidos justo en el momento en que la voz de mi hermano Dani pronunciaba mi nombre (u otro parecido…) y puse el pie en el escenario.
Desde ahí todo es fluir. Me sentí mero instrumento de la música que hasta ese entonces había estado anudada a la boca de mi estómago y me sentí pillo, y miré con descaro a la gente, como queriendo cantar también con la mirada, y a veces cerré los ojos y sentí que lo que cantaba era nuevo, y me llevé al bolsillo sonrisas cómplices y guiños y algunas palmas y el color rojo de las mejillas de Silvia y el “¡guapo!” de Víctor y tantas otras cosas… Y ya no pude bajar del escenario, porque andaba un palmo por encima de él.
Entonces llegó Fran (Fran Fernández), mi compañero en esta odisea, y de nuevo la música fue mi propiedad, volvió a mi desde su voz y sus acordes y retumbó en mi interior el “Eco del tiempo” que había estado preparándose para esa noche. Y desde esas doce cuerdas sonaron las notas que recuerdan que “la vida es una canción”. Esta vez estaba dispuesto a cantarla.
Cantarla acompañado y acompañando, que en este mundo de la música lo mejor son los cruces de los caminos, para cambiar de pulmón y meterse en la piel de otras melodías.
Y acabó, como acaban las buenas historias, dejando paso a otros cuentos que esta noche no vienen al caso, pero que forman parte de concierto que es la vida.
Jo, con la ilusión que tenía... me alegro por el éxito rotundo y la experiencia inolvidable vivida. Y en otra será. Estaré "fuera" unos días, pero te dejo un abrazo intemporal por aquí.
ResponderEliminarMe siento tan privilegiada por haber sido testigo de tan maravillosa experiencia...
ResponderEliminarMi mosqueo por no haber podido ir aumenta al leerte!!
ResponderEliminar"la vida es una canción, yo me la aprenderé..." yo podría haberla cantado con vosotros desde el público y no pude :(
Tengo que confesar que descubrí a Fran Fernández en un punto de inflexión de mi vida, representado por esa canción que dice..."nananana....nana"
Me alegro de que disfrutarás levitando sobre esas tablas ^^
Cada vez que lo recuerdo, vuelven a coloreárseme las mejillas y los nerviecillos me recorren el cuerpo de nuevo. Ahora puedo decir que yo también he compartido escenario con Curro Ayllón. Mil gracias, amigo del alma.
ResponderEliminarSilvÿ.
Yo estuve aqui!!!! jejeje Fue la primera vez que disfruté de tu música en directo y por suerte no ha sido la ultima!
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