Me está mudando la vida, me estoy convirtiendo en otro.
Últimamente están tomando forma muchos proyectos que antes eran humo. Ya se le ve la sombra al sueño universitario. Sí señores, el sueño universitario. Desde ayer vuelvo a estudiar y aunque creo que he olvidado cómo se hace (tampoco es que lo hiciera mucho antes) me he lanzado a bucear entre libros en busca de la sabiduría. O por lo menos de la sabiduría necesaria para aprobar las asignaturas de las que me matriculé, que son 5 este año (para ir tomando ritmo). Ha sido una odisea la matriculación porque el requisito imprescindible era hacerla por internet y como no supe de ninguna manera, me planté en la ubicación física de la UNED (paradojas) donde una chica muy amable me matriculó no sin antes experimentar en la página, con mi consentimiento evidentemente. Nos dimos las gracias mutuas, yo por la matrícula y ella por dejarle ver cómo se había de mover por la web de la UNED, ya que ella tampoco tenía idea. Desde entonces soy universitario (no me pega esa palabra)
Otro sueño que va tomando consistencia es el de la música como “algo más que hobby” Gracias a unos cuantos amigos que confían en mi música incluso más que yo, me veo envuelto en la cutre-grabación de mis temas para presentarme a certámenes de cantautores, cosa que me he planteado cientos de veces y jamás he sido capaz de pasar del planteamiento. “Difícilmente me imagino de banda y coro y con cuarenta lamparitas sobre mí” canta Alejandro Filio. Quizá me pasa lo mismo. Me veo “cantautor de mesita de noche”, de concierto “íntimo”, y por ese motivo no soy capaz de imaginarme cantando frente a gente que no sea “amiga”". Estoy en proceso.
Creo también que mi proceso de discernimiento concluye. Estoy falto de hermanos, de compartir y de estar, y al fin reconozco esa falta con un nombre claro: grupo de referencia. En mi caso: Comunidad. Me busqué fuera. Me encontré. Uno siempre encuentra lo que busca, tarde o temprano, pero tuve que renunciar a cosas para conocer partes de mí que estaban sin explorar. Ahora necesito algo nuevo: “lo mismo de siempre” ¿Cómo es eso? Bien fácil, el caso es que es igual que antes, pero ahora lo quiero de otro modo, por eso es nuevo.
Noto también que mi trabajo está cambiando. Estoy convencido que el cambio viene de dentro, pues me siento más ligero y me duelen menos las “dolencias laborales”. Sumado también al proyecto de “abrazar la noche” que viene de parto raudo y con ganas de ver la luz del día. Si a eso le añadimos que el musical sigue avanzando y ya hemos empezado los ensayos conjuntos para hacer “duetos” y que cada vez más me gustan las canciones que he de cantar, tenemos una vida diferente a la que tuve, con otras actividades.
Soplan Aires de cambio. Quiero querer, pero tengo miedo. Siempre le tuve miedo al cambio, eso no es ninguna novedad, pero necesito que siga soplando.
Curro,... Vaya Entrada! (no tiene desperdicio)
ResponderEliminarDesde luego y me ha gustado mucho tu frase:
-" Soplan aires de cambio"-
MUCHO ÉXITO en todo lo que estas embarcado -que no es poco-.
Un abrazo "Estes donde estes".
Y ahora vamos y te fastidiamos (con J) tu equilibrio!!!!!!
ResponderEliminarcreo que ayer publiqué mal con la tontura encima, porque te dejé una parrafada infumable y se ve que le di a publicar y cerré sin meter el código :S
ResponderEliminarvenía a decir que me encantaba esta entrada de cambios y que aunque siempre fastidian mucho, cuando a mí me cambió la vida fue para mejor!
y si quieres querer, quiere, cobarde! (iba a poner bocarde, pero es que estoy que me caigo)