lunes, 30 de noviembre de 2009

No sé qué espero

Primer domingo de adviento. Yo no sé qué espero.

Quizá que acabe la vertical, que el fondo esté cerca, dejar de caer.

130 Que esperar

«O el pozo era en verdad profundo, o ella caía muy despacio, porque Alicia, mientras descendía, tuvo tiempo sobrado para mirar a su alrededor y para preguntarse qué iba a suceder después. Primero, intentó mirar hacia abajo y ver a dónde iría a parar, pero estaba todo demasiado oscuro para distinguir nada.»

«Abajo, abajo, abajo. ¿No acabaría nunca de caer?»

Alicia en el país de las maravillas – Lewis Carroll

Puede que esté esperando que se cumpla un deseo.

«Si me dijeran pide un deseo,
preferiría un rabo de nube,
que se llevara lo feo
y nos dejara el querube.
Un barredor de tristezas,
un aguacero en venganza
que cuando escampe parezca
nuestra esperanza.»

Rabo de nube – Silvio Rodriguez

Tal vez la escapada.

131 Que esperar

«Creo que, para su evasión, aprovechó una migración de pájaros silvestres. La mañana de la partida puso en orden su planeta.»

El principito – Antoine de Saint-Exupéry

«Quiero volar. Lejos de aquí escapar. Dime, mi bien, ¿quién me llorará si me dan alas y echo a volar?»

Caperucita – Ismael Serrano

Esperar a que el correo se me llene de mensajes sin abrir.

O esperar a Dios.

 

Primer domingo de adviento y yo no sé qué espero.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Conversación con Dios

Déjame que me acomode. Necesito poner en orden la cabeza y el corazón, aunque sé que no voy a ser capaz de hacerlo en estos momentos.

¿Cómo explicarte?

 

[tomo aire]

 

¿No te cansas de probar si te quiero? ¿No te queda claro?

A veces no entiendo por qué decidí complicarme la vida a tu manera y no centrarme en los problemas que tiene la gente normal. Como si no costara nada tener que estar pensando en cómo llegar a fin de mes y en recortar gastos de donde sea. Como si no bastara con los problemas “normales” como los del trabajo o la familia, encima tengo que estar en lo tuyo.

Tú, sin embargo juegas a ser del antiguo testamento conmigo. Nunca se me olvidará la primera vez que escuché a Gema decir: “Dios era un cabrón hasta que llegó Jesús” Pues bien, más o menos eso es lo que siento ahora mismo. ¿No podrías ponerme las cosas un poco más fáciles? No. Primero me tientas, me haces comprender el significado de la comunidad, me llevas al lugar donde empezó todo para sanar heridas (que ya te vale… podrías haber usado otros métodos) y por último, cuando creo que las cosas van a empezar a girar del modo natural, me haces pasar la prueba de fuego. Me sitúas delante de los dedos que señalan, haces que, sin venir a cuento, vuelvan a disparárseme las balas que ya llevaban mi nombre sin darme ninguna opción a llevar coraza.

¿No te cansas de llevarme al desierto? ¿Cuántas veces más vas a confundirme el camino?

De verdad que no te entiendo. Sabes que soy nada, que tengo muy poca estabilidad y demasiada inseguridad. Sabes que mi vida no va del todo bien desde hace más de un año (Tú lo sabes todo… ¿por qué lo compruebas constantemente?) Sabes que continúo sin saber dónde está mi sitio, y que sigo planteándome la posibilidad del cambio e incluso de dejarlo todo ¿Cómo me haces estas cosas?

Sabes muy bien también que yo no tengo por qué decirte “hágase”

Hoy durante la comunidad me ha venido a la cabeza una frase: “Dios te habla tan claro ahora como cuando tienes la impresión de escucharlo perfectamente”. Le he estado dando vueltas mucho tiempo. Después ha sucedido el traspiés. ¿Cómo tengo que interpretar eso?.

Ahora estoy  muy dolido con todo esto. Y contigo. Y además, contigo también enfadado. Que no te engañen las lágrimas y el pellizco en el pecho. Te lo digo muy sereno. Juro que me falta sólo una pizca para mandarte a la mierda, a Ti y a Tu Reino. Así que explícate. Es tu turno de palabra.

Habla.

 

 

(Otra vez la sensación amarga de etiquetar la entrada con la palabra “naufragio”)

jueves, 26 de noviembre de 2009

26 de Noviembre

Veintiséis de Noviembre, primer seminario de Psicología del desarrollo:

Tras haber oído los programas de radio que se pedían y leído el tema, me presento en el seminario 4 para conocer al tutor y “debatir” acerca del apego en los niños institucionalizados, primera actividad de la asignatura.

Dos minutos en el tema y me he dado cuenta que la actividad es sencillita y que no tiene más que responder a las preguntas que te plantean, así que hemos ido abordando distintas cuestiones del tema y entablado un entretenido coloquio tutor-alumnos.

El quid del día ha sido el contacto con compañeros.

 

Esto de estudiar es como apuntarse al gimnasio: o tienes una fuerza de voluntad increíblemente asombrosa y eres capaz de planteártelo en serio o tienes gente a tu lado.

Hasta ahora me ha bastado mi fuerza de voluntad, el estar enamorado de lo que estudio, pero siempre es gratificante saber que hay gente mirando al mismo horizonte que tú.

Por lo pronto ya hemos empezado a tender redes on-line para comunicarnos.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

¡Esto es absurdo!

- ¡Esto es absurdo! – decía mientras me daba un ataque de risa cuando ese caballero tan simpático de la mutua me daba la baja (de hecho creo que ha sido la frase que más he repetido hoy)

- ¿Ya he gastado el bono este año, no? comentaba entre risas.

- Bueno, la próxima vez te siento conmigo y te quedas trabajando – me contestaba él

Resumiendo: A las 7 y cuarto de la tarde he salido de la mutua con un collarín (en el cuello, evidentemente, ¿dónde si no?)

129 Esto es absurdo

¿Que cómo ha sido?

Veréis:

Ayer me metía con Jose (el cordobés) porque no lo había visto en un par de días y como él tiene un imán para los accidentes (como yo…) le pregunté que si había estado de baja. Después de un rato la conversación degeneró en ¿Quién de los dos será el que pille la próxima baja?, como testigo teníamos a Sandra (la dire), que guardaba en su memoria todo lo sucedido.

Pues bien, HE GANADO YO

Saliendo del centro para hacer las rutas y “ca uno pa su casa” hemos chocado un poco (sólo un poco) con otra furgoneta, también de las nuestras… (ya… ¡es absurdo!). Yo iba inclinado hacia delante hablando cuando “he notado” el “leve” roce y he chocado cara con asiento delantero y me he doblado un poco (sólo un poco también) el cuello.

Desde entonces iba mareado y a cada momento me dolía un poco más, así que he tenido que ir a la mutua. El resto de la historia lo conté antes.

He acabado llamando a Sandra (la dire), que se ha metido conmigo por “ganar” y le he mandado un mensaje a Jose (el cordobés) para decirle que el caballero de la mutua conoce sus dos apellidos (tan bien como los míos…). Me queda una “graciosa” baja en principio hasta el lunes.

(Menuda actualización la de hoy… Voy a cambiar el nombre del blog por el de “Restos de un Accidente”)

jueves, 19 de noviembre de 2009

De cine de terror

Mi fanatismo por las películas de terror es muy tardío. Creo que vi por primera vez una película de terror entera con 15 o 16 años, y fue abrazado a un cojín (barrera psicológica excelente) y apartando la vista de vez en cuando.

De pequeño me aterraba la idea de que la gente hiciera películas para pasarlo mal. De hecho, mis padres no podían ver cine de terror mientras yo intentaba dormirme porque sólo con el ruido de los gritos o los golpes tenía las pesadillas más horribles que se puedan imaginar.

La cuestión es que ahora veo todas las películas habidas y por haber en ese género, pero hay una que no soy capaz de ver. Su carátula es la más aterradora que me viene a la memoria, y eso que es muy simple.

128 De cine de terror

La película es “El dentista”. Una vez haciendo zapping vi una escena de ésta en la que hay una persona con una especie de cepo en la boca. Debido a esa escena me negué a ir al dentista durante toda mi infancia y adolescencia. La primera vez que pisé un dentista fue acompañando a un amigo y no fui capaz de pasar ni a la sala de espera, me quedé en la puerta. Mi primera visita personal fue a los 19 años. Conseguí huir de él durante 19 años seguidos, incluso habiéndome partido con 10 años los dos paletones debido a una caída. Después de ese tiempo no pude escaparme más.

Fue entonces cuando mi terror hacia esa profesión dejó de ser debido a las películas y empezó a ser por experiencia propia. Una extracción que debía ser simple se complicó “un poco”. La muela se partió en trocitos y uno de ellos se quedó dentro de mi encía. El “doctor” (si es que se merece ese nombre) tuvo que dejar la extracción y dejar que se me curara la encía para, una vez sana (¡una vez sana!) continuar la operación rajando la encía para extraer el trozo que faltaba. Anduve con puntos en la encía casi un mes. Mi memoria se pierde tras el trauma, pero mi madre siempre me recuerda que me daba cabezazos contra las paredes del dolor que tenía.

Todo este trauma que os explico hoy es debido a mi vuelta al dentista. Esta vez he podido huir durante 5 años más, pero hoy he visitado de nuevo esa consulta que temo (esta vez es otra consulta diferente) para que una especialista muy simpática me diga que tengo la boca hecha un asco y que la broma me va a costar nada más y nada menos que 2000 euros  que podré pagar en cómodos plazos.

Ahora no sé que me traumatiza más: si volver a sentarme en ese sillón o tener que hipotecar mi persona para pagarlo.

Qué caro está el mundo. Eso sí que es una peli de terror.

martes, 17 de noviembre de 2009

Ego Solidario

Aún no me acostumbro a la sensación que produce el ser el primero que abandona la casa por las mañanas y el último que llega a ella por las tardes-noches. De hecho, creo, no voy a poder asimilarlo del todo. El día que más temprano llego a casa, lo hago después de 13 horas entre trabajo, estudio y desplazamientos.

No, no me quejo en absoluto. Soy consciente del desgaste que sufro y de las secuelas que puede dejarme, pero estoy disfrutando a cada momento de mi “segunda edad de estudiante”. No me cuesta apenas nada llegar saturado de “información laboral” y sentarme a ver los procesos cognitivos del bebé entre la vida intrauterina y los dos años.

Lo que sí me cuesta un poco es saber que tras las paredes de la biblioteca, en las que reina el silencio y el ambiente de estudio, sigue estallando la vida, que anochece y la cuidad se ilumina, que los parques están repletos de niños que ríen, abuelos que pasean y parejas que se besan, que las olas del mar siguen acercándose a acariciar la orilla y se retiran lentamente en un baile hipnótico...

En tanto, adquiero conocimientos al coste de los giros que el mundo da mientras no lo miro.

- “Te gastas la vida” - me han disparado certero al pecho.

Lo sé, no lo puedo dudar, pero yo no lo veo gasto. Invierto. Verás, no sé si soy pionero en acuñar el término “Ego solidario” pero yo lo veo precisamente así:

Cierto que es ego: quiero hacer la carrera que intenté hace 3 años y a la que tuve que renunciar.  Quiero porque es un reto para mí, porque estoy enamorado de esa profesión. Pero es solidario, pues creo que me he estancado y si estudio seré más útil a las personas a las que atiendo, podré dar más de mí y dispondré de otros medios que ahora no tengo para usar.

Mi vida transcurre entre esta disyuntiva y el cansancio que acumulo día a día y del que me recupero como puedo durmiendo “excesivamente” el sábado o el domingo que me dejen el resto de compromisos que venían “de serie” en mi vida y mi vocación.

Qué aliviado se queda uno cuando saca todas sus miserias afuera…

domingo, 15 de noviembre de 2009

Se rueda

Porque no andaba a un palmo del suelo desde hacía mucho…

Mi vuelo particular:

14 Nov 2009

sábado, 14 de noviembre de 2009

Abrir el oído

Cuando no se puede hablar, cosa que me pasa demasiado a menudo de un tiempo a esta parte (las dichosas llagas…), se aprende a abrir el oído.

Todos hemos oído o escuchado (depende) grandes discursos que precisan la diferencia entre estos dos términos de los que hablo, pero cuando digo “abrir el oído” me refiero más bien a la segunda opción.

Entonces empiezas a “ser” con el otro, escuchar sus miedos y miserias, pero también sus ilusiones. Empatizas y es más fácil comprender los “mundos propios” de cada uno.

También el otro aprende, se pone en tu piel y se duele contigo. Es la otra persona la que toma las riendas y habla desde el corazón, como si entablase un monólogo consigo mismo. Emisor y receptor conectan en un plano más profundo, están más dispuestos a entenderse.

En el punto álgido del proceso se hace el silencio. Es entonces cuando la comunicación es completa. Ya no hace falta decir nada más, todo sobra. Las conversaciones se convierten en pura oración a la vida.

… Y todo eso únicamente por “abrir el oído”

Y aún hay gente que no se entiende.

127 Abrir el oído

“Quiero que escuches aunque no te diga nada”

Imagen: “See, hear and speak no evil” de MischieviousMonkey (http://mischieviousmonkey.deviantart.com)

viernes, 13 de noviembre de 2009

Pelos

El corte de pelo tiene diferentes significados según el lugar del mundo en el que quieras fijar la vista. Así, por ejemplo, puede significar cambio de vida, comienzo de una nueva etapa, símbolo de madurez, cambio de actitud o incluso signo de determinación.

--- o ---

- ¡Te has vuelto a dejar el pelo largo! – me comentaba Jesús hace una semana. - Cuando te conocí lo llevabas así o incluso un poquito más largo, ¿recuerdas?

Mi respuesta fue una sonrisa y un movimiento de cabeza, pero si incluimos las respuestas que pensé la conversación hubiese sido así:

- ¡Te has vuelto a dejar el pelo largo!

[- Sí, aún estoy esperando que me cambie la vida del todo]

- Cuando te conocí lo llevabas así o incluso un poquito más largo, ¿recuerdas?

[- ¡Cómo no! fue el tiempo de mi gran crisis de maduración… esas cosas no se olvidan]

--- o ---

Llevaba desde primeros de Julio. Pensaba que mi vida estaba demasiado desordenada como para querer “comenzar de cero”, y cuando “me tocó” dejé pasar el tiempo.

125 Pelos

He vivido de naufragio en naufragio, pero han pasado las tormentas, dejó de llover y ha llegado la hora de terminar de mudar la vida. Como símbolo de esto…

126 Pelos

Ha comenzado el proceso de cambio, pero aún me quedan muchas cosas por hacer, así que me he dejado un pequeño recuerdo, motivado por mi hermana, que ha sido la que me ha dicho: “¿Te hago una trenza?”

martes, 10 de noviembre de 2009

Romu, los reencuentros, el estudio y el mito de los ligues de biblioteca

123 Romu, los reencuentros, el estudio y el mito de los ligues de biblioteca

“en las bibliotecas se liga” era la frase que acompañaba mi intención de estudiar, desde hoy mismo, en la biblioteca de la Uned.

Lejos de esa afirmación, esta tarde bibliotecaria ha sido de recogimiento y estudio prolongado, pausado y provechoso, aunque sí con sorpresa.

El silencio de hojeo de libros, pasos en el parquet y carraspeos ahogados inunda la sala haciendo cómoda su estancia. La gente mira atenta sus sabidurías personales mientras “el saber general” reposa sobre las estanterías marcadas con números en grande en la parte superior y la materia correspondiente debajo de cada estante.

Llego antes de la hora prevista y subo las escaleras hasta el primer piso, donde busco acomodo y saco de mi mochila el libro de psicología del desarrollo, la libreta y el estuche y dejo estos materiales encima de la mesa sólo por ocupar el sitio de estudio. Entonces me dispongo a buscar algún  libro que necesite de la biblioteca. Encuentro uno marcado en la base de datos con la etiqueta 800.7 Esc Art. Bajo al piso a buscarlo y me paseo por las estanterías para orientarme. De repente llego al gran número 8 donde ha de estar el libro de “las artes del lenguaje”, pero no aparece por ningún sitio. Pregunto al bibliotecario y me indica otra estantería en la que tampoco está así que desisto de mi búsqueda y vuelvo a subir y prepararme para el estudio. Siguen quedándome cinco minutos de margen para hacer “el ganso” y distraerme con las musarañas, pero prefiero hacerme el aplicado y saco mi marcador amarillo fluorescente y subrayo la primera frase cuando noto que alguien se acerca a mi mesa. Levanto la mirada y reconozco una cara de hace algún tiempo ya.

124 Romu, los reencuentros, el estudio y el mito de los ligues de biblioteca

- ¡Hombre, que casualidad! (entre exclamaciones pero siempre bajito, en tono biblioteca) – le digo

- ¡Cuánto tiempo! – me responde Romu - ¿salimos un momento y hablamos?

Entonces salimos a la puerta de la biblioteca y nos saludamos en condiciones, sin protocolos silenciosos, y me comenta por qué me lo he encontrado allí, y es que estudia Física a distancia y se pasa 8 horas al día aproximadamente en aquel primer piso. Le cuento mis andanzas estudiantiles y cruzamos un par de frases sobre mi trabajo, los antiguos compañeros y las quedadas a las que yo no pude ir por mi torpe rodilla, que, crucemos los dedos, últimamente no me está dando demasiados problemas.

Todos sabéis que yo no soy de hablar, que me cuesta un poco, que prefiero otros métodos de comunicación. Él tampoco es extenso en palabras, así que tras ese par de frases hemos decidido volver al estudio.

No habrían pasado ni cinco minutos de charla, sólo el tiempo que se tarda en llenar una botella de agua en la fuente y un par de miradas fugaces a la sala donde nos encontrábamos, pero ya me ha servido para dos cosas: primero) para encontrar compañero de estudio, siempre que elija la biblioteca como “sitio oficial”. segundo) para comprobar que los reencuentros suelen suceder donde menos te esperes (¿más pruebas?)

Vuelvo a mi asiento, recojo mis “pertenencias” y me mudo a su mesa, para sentirme acompañado, aunque no hemos cruzado palabra. Media hora después ha considerado que su jornada de 8 horas de estudio ha concluido, ha recogido sus cosas y ha acabado nuestro encuentro con un sencillo “aquí estoy de lunes a jueves, más o menos hasta esta hora”. Yo me he despedido con un “te buscaré” y una sonrisa, un apretón de manos y he continuado mi estudio de los procesos psicológicos del bebé.

Es siempre grato encontrar caras conocidas sea cual sea el ámbito en el que te encuentres.

 

imagen: “Library” de derkris (http://derkris.deviantart.com)

lunes, 9 de noviembre de 2009

El muro

La línea azul pintada en el suelo de mi taller la semana pasada, que amenazó con  desparecer y estuvo a punto de cumplirlo, se ha convertido ahora en algo menos “borrable”. Esta mañana al entrar al taller he notado que éste había menguado un poco, que faltaba el color azul de la pared del fondo y las estanterías donde reposan tranquilas las piezas de cerámica, y que el horno había dado paso a un hueco parecido al que se deja para hacer una puerta.

Todo lo que se podía ver desde el ojo de buey de la entrada ha sido sustituido por un muro gris con manchas blancas a medio terminar, que divide nuestro búnker en dos mitades. Con ese muro se acaban las grandes multitudes ruidosas que habitan por estos lares y que tienden a reunirse al comenzar las mañanas para ir creciendo en intensidad de decibelios a medida que transcurre el día, pero también se acaban los “¿sabes de que me he enterado hoy?” y los “¡qué fuerte lo que me acaba de pasar por el pasillo!”

Por lo pronto y como medida preventiva ante la inminente extinción comunicativa con los compañeros de C.O., hemos tomado dintel y jambas de la puerta central como trinchera y hemos convertido esa futura puerta en punto de encuentro y almena de vigilancia.

El toque de humor lo da, como siempre en este mundo extraño, uno de ellos, de los míos, que al cruzar el umbral para buscar su taquilla, nos envía mensajes en “código morse” a través del “nuevo elemento” del taller.

Vamos a necesitar algunos días de esta semana para acostumbrarnos a no ver el espacio, casi diáfano de no ser por un par de sillas que iban y venían, que había (utilizando el pretérito imperfecto, el que define nuestras realidades) en C.O.

“…Y te vas al muro donde acaban todos…”

domingo, 8 de noviembre de 2009

Pepe y Paloma (7 Nov 09)

122 Pepe y Paloma

Quiero atar mi vida a tu vida
uniendo los labios hasta morir
En lo bueno y en lo malo
en todo momento estar contigo
A cada paso de Dios
en lo difícil y en lo sencillo


Y NO CABE EL CORAZÓN
DE LA GRAN FELICIDAD
QUE AHORA SIENTO
PORQUE TÚ ESTÁS AQUÍ
PREPARADO PARA SER COMPAÑEROS


Quiero atar mi vida a tu vida
uniendo los labios hasta morir
En lo dulce y en lo amargo
en todo momento estar contigo
A cada golpe de amor
en lo prohibido, desconocido

Y NO CABE EL CORAZÓN
DE LA GRAN FELICIDAD
QUE AHORA SIENTO
PORQUE TÚ ESTÁS AQUÍ
PREPARADO PARA SER COMPAÑEROS


Y a pesar de no saber
contigo andaré por todos tus senderos
Y en lo oscuro seguiré
entre luces viviré en el Amor primero

Compañeros – Almudena

¡FELICIDADES HERMANOS!

jueves, 5 de noviembre de 2009

Jornadas deportivas para gente no-normal

Esta mañana hemos cogido los bártulos y hemos hecho una pequeña excursión a Alhaurin el Grande, al polideportivo para asistir a las XI Jornadas de Baloncesto Adaptado.

¿Por qué digo “gente no-normal”? No me juzguéis cruel. Simplemente pienso que no es normal disfrutar tanto como ellos lo hacen, sin poner trabas al desarrollo del día, sin decir “no tengo ganas” como hemos hecho alguna vez alguno de nosotros. Sólo se limitan a pasárselo bien.

121 Jornadas deportivas para gente no-normal

Yo, que me contagio de estas bobadas, he disfrutado muchísimo también, solo con ver cómo sonreían mirando un partido de baloncesto o botando un balón, e incluso viendo cómo sacaban de quicio a sus monitores deportivos, que intentaban una y otra vez que los ejercicios predefinidos fuesen lo más correctos que pudieran, intento que ha durado los cinco primeros minutos, cuando por fin han caído en la cuenta de que es mejor ser “no-normal” y reír como niños jugando con ellos.

Nada más empezar, haciendo la cola de los “representantes” de los centros que han participado, se ha acercado un muchacho a mí con un cartel de su centro y me ha dicho sonriente:

- Hola, me llamo Álvaro y este es mi amigo Carlos, ¿qué tengo que hacer?

- Tú sujeta fuerte el cartel y pasea enseñando de dónde eres, ¿vale? y pásatelo bien, ¿de acuerdo?

- Pero ¿tengo que levantarlo en alto y moverlo, o enseñarlo a las gradas o algo? Es que estoy algo nervioso porque yo lo que quiero es jugar.

En ese momento, estos dos chicos han entrado en mi casa y han abierto puertas y ventanas, dejando que entre aire fresco y remueva el polvo acumulado en la vocación, y he vuelto a vislumbrar por qué me gasto la vida luchando contra las olas de realidad que día a día llegan a mis costas. Al rato me he vuelto a encontrar con Álvaro y nos hemos hecho una foto, que he prometido darle.

Empezada ya la jornada me he divertido muchísimo acompañando a los míos a las actividades. Ha sido una gozada ver a Carlos (el mío) “botando” el balón (se ha dado en la cara el pobre…) o a Óscar tirando a canasta, pero lo que más me ha sorprendido del día de hoy ha sido ver a Miguel Ángel entusiasmado con algo, y ese algo es el basket. No lo había visto nunca apostar tan fuerte y mostrar sus gustos tan abiertamente. De hecho le he preguntado cuándo formábamos un equipo, y me ha contestado sin vacilar: “Cuando quieras, me gustaría”

Hemos pasado una mañana agradable en Alhaurín, hemos jugado mucho, nos han dado medallas, camisetas y diplomas, hemos visto “la gran final del torneo”, donde jugaban mis dos nuevos amiguitos, Carlos y Álvaro, les hemos animado hasta la victoria y al final hemos vuelto sonrientes a nuestros quehaceres.

Una vez más, verlos disfrutar es lo que me salva de todas las demás Tonterías que existen por este “mundo de la discapacidad”

Imagen: “Basketball” de Siriusblakk (http://siriusblackk.deviantart.com )

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Premio Blog del Día (1 de Noviembre de 2009)

Comenzar a escribir un blog es como pasear por un bosque. Al principio paseas admirando el paisaje, contemplando la naturaleza ya creada, y empiezas a percibir sus preciosos sonidos, el trino de los pájaros, el aire entre las hojas de los árboles, el cantar del río…

Luego, maravillado, comienzas a silbar tu propia melodía. Y ves que toma concordancia con el medio, que no es estridente comparado con el rumor del bosque, que sintoniza.

Y un día tu silbido rebota en las paredes de las montañas que te rodean y vuelve el eco. Y no sólo percibes la Vida que te rodeaba en tu paseo, sino que la compartes y se comparte contigo.

 

Agradezco los “sonidos” de los que me enamoré: Ridícula calamidad, Naufragada, Para morir joven ya soy demasiado viejo, Tras las huellas, Momentos…, Exceso de Vida, En cumbres borrascosas, Sueños felinos y otros blogs que me he cruzado en mi camino.

Agradezco mis propias melodías: Músico(en)terapia y este humilde blog.

Y Agradezco aquellos “ecos” que llegaron a mis oídos, los comentarios de las personas que “me leen” en mi rinconcito de caos y Vida: Patricia, Rocío, Antonio M., Gonzalo, Ana, Israel, Silvia y otros tantos que se me quedan en el tintero, pero los aprecio igualmente.

Y agradezco que mi “silbido” guste, y que se me haya incluido como “Premio Blog del Día”

Es tanto lo que tengo que agradecer en mi particular paseo…

MUCHAS GRACIAS

119 Premio Blog del Día

martes, 3 de noviembre de 2009

Después de la noche

119 Después de la noche

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

Después de la oscuridad, de quedarse inmóvil al borde del camino, de bajar la cabeza. Después de autocompadecerse  y de sentir que nada vale la pena…

Al fin llega el día, lentamente, desperezándose. Y Dios, que hace milagros (¿quién lo duda?), entra en mi noche y me salva del morir, cala en mí como la lluvia en la tierra reseca y me susurra al oído: “Ven a mí, fíate, que nada podrá separarte del amor que te tengo”.

Y vuelvo a percibir colores que en la noche no se distinguían. Y siento su (Tu) presencia y me percato que sólo el amor, Su Amor, me ha guiado en medio de tantas tempestades atravesadas.

Me levanto en ese momento y soy capaz de decirle: “Tu eres mi fuerza, mi roca”, como entonando un nuevo salmo personal en mi vida; ¡Qué digo!, ¡VIDA!, ¡con mayúsculas!.

Y al final descubro que tenía razón, y nada vale la pena… comparado con Tu Amor.

 

 

Gracias, mis hermanos. Me siento tan pequeñito y Dios me regala cosas tan grandes… Por ejemplo vosotros