“Si poco me queda, menos quisiera” decía esta mañana en el taller cuando hablábamos de cansancio y de vacaciones. -Qué bien me quedó el pareado- me autorreforzaba. Y es que espero el día de mañana como niño a los reyes magos. Necesito un descanso, dejar de pensar en reuniones, en “sin barreras”, en Navidades, en bajas, en tarjetas, en discusiones, furgonetas, piscina, comedores, evaluaciones, “directores”, “compañeros”, “fiestas del agua”, descuentos en las extras, tintas de impresora, residencias, UED’s y CO’s, en politiqueos, en jueves de lentejas y pescado, en perreras y plantar pinos, medicaciones, pan, en días de menos por excedencias… Necesito el mes de vacaciones.
Quiero descansar y volver renovado, no estar “quemado” por las obligaciones “residuales”, volver enamorado de mi trabajo, como cuando empecé.
Yo, por mi parte, ya me di “vacaciones cerebrales”, pero prometo no dejar de pensar en COMPAÑEROS (no como los de antes entrecomillados) y en ELLOS.
Lo que sí que juro solemnemente es no pisar el trabajo hasta el 31 de Agosto por ninguna razón. ¡¡¡Así se muera el camello de lo alto del reloj en el taller, que conmigo no contéis pa velarlo!!!
Me auguro unas vacaciones “VACACIONES” (no sé si me entendéis)
Me ilusiona irme a Cádiz mañana (buen comienzo.)