martes, 30 de junio de 2009

Para mirar con otros ojos

Para poder mirar con otros ojos nunca ha de olvidarse quién se es y valorarse en la misma medida en las adversidades y en las ocasiones felices.

Para poder ilustrar bien lo que quiero decir voy a ayudarme de un escrito de Paulo Coelho, de su libro “Como el río que fluye”, que puedes haber leído u oído un montón de veces, pero que merece la pena ser recordado:

Cassan Said Amer cuenta la historia de un conferenciante que comenzó un seminario tomando un billete de veinte dólares y preguntando:

-¿Quién desea este billete de veinte dólares?

Varias manos se levantaron, pero el conferenciante dijo:

-Antes de entregarlo, es necesario hacer algo.

Lo arrugó con toda furia e insistió:

-¿Quién quiere aún este billete?

Las manos siguieron levantadas.

-¿Y si hago esto?

Lo tiró contra la pared, lo dejó caer al suelo, lo arrugó, lo pisoteó y una vez más mostró el billete, ahora inmundo y arrugado. Repitió la pregunta y las manos siguieron levantadas.

-Ustedes no pueden olvidar jamás esta escena –comentó el conferenciante-. No importa lo que yo haga con este dinero, sigue siendo un billete de veinte dólares. Muchas veces en nuestra vida somos machacados, pisados, maltratados, ofendidos; ahora bien, valemos, aún así, lo mismo.

Paulo Coelho.

lunes, 29 de junio de 2009

Parte médico

072 Parte medico

El parte médico de urgencias a las tres y media de la tarde –justo la hora del alta- habla de esguince de ligamento externo de la rodilla derecha, de meniscopatía anterior, de rótula elevada de nacimiento y de ratón articular, que luego, al investigar descubro que es un cuerpo cartilaginoso libre dentro del hueco de la articulación o en las paredes de la sinovial –algo en mi rodilla, siendo claros-

Desde ayer en Alicante noto rara la rodilla, pero no podía imaginar que fuera tan importante. De hecho no paro de imaginarme conduciendo durante varias horas camino de Málaga con el esguince y es ahora cuando me da miedo (Bendita ignorancia…) Supe esta mañana que no debía aguantar más la visita al hospital, porque ya no era capaz de levantar la pierna y arrastraba el pie por los pasillos como si estuviese encadenado a grillete y bola. Nada más lejos de la realidad pues aquí ando recluido, preso, confinado y con una venda de mitad de muslo a mitad de gemelo que, desgraciadamente, ¡da calor!

En fin, no queda otra que aguantarse y reposar como el arroz… sin saber siquiera el tiempo que me queda, porque la cita para la baja la tengo el miércoles…

¡Estoy tan harto de las bajas! (¡Nunca es una mano! –Toquemos madera-)

Aprovecho aquí para agradecer la preocupación de Juan y Rocío y la disponibilidad de Jose. Siempre estáis ahí, ¡gracias!

domingo, 28 de junio de 2009

Nada que curar

A la hora de la despedida le dije:

- Gracias hermano. Ya os lo he dicho antes pero… me curáis

Y él me contestó serenamente:

-No. Te equivocas. Nunca ha habido nada que curar.

jueves, 25 de junio de 2009

Mini relatos

ESTA MAÑANA: (Descubrimiento tardío)

-Tú y yo antes no hablábamos. Me parecías tan serio… A veces me caías mal. Seguro que yo te parecía borde. Todo el mundo lo piensa de mí.

- Simplemente me dedicaba a mis quehaceres. Nunca me paré a hablar contigo.

(No te iba a contar que me he dejado llevar por lenguas no muy transparentes en algún que otro caso y que de un tiempo a atrás me voy guiando más por lo que siento.)

- Por lo menos ahora hablamos aunque no sea de grandes cosas.

- Cierto. Has sido un descubrimiento tardío.

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ESTE MEDIODÍA: (Otra vez)

- ¡Es la última vez en mi vida que lo hago! – vocifero al traspasar la puerta del comedor.

- ¿El qué? – me preguntan

- Saludarlo. ¡Se acabó!

- Pero eres tonto. La semana pasada se fue y no se despidió de ti ni te dijo nada. Tú mismo me lo contaste. Entonces ¿por qué vuelves a saludarlo?

- Cultivaba la mortificación. A veces no sé cómo ser un buen cristiano – Termino entre risas.

Me acerco a un compañero y le susurro: – Creo… que voy a volver allí y saludarlo otra vez.

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ESTA TARDE: (A veces me precipito)

Ando liado con el navegador, actualizando sus mapas y mirando nuevas rutas mientras escucho de fondo a Laura Pausini cantando en su propia lengua (me refiero al idioma porque evidentemente no puede ponerse la lengua de otro para cantar…). Me sorprendo comenzando una conversación conmigo mismo:

- Es la primera vez que planeas un viaje con tanta antelación.

- Sólo actualizo el gps, no preparo nada. De todas maneras me voy mañana.

- ¿Mañana? ¿No haces ya la maleta? Es tarde.

- Mmmmm, no… Tengo toda esta noche.

En ese instante me callo y continúo escuchando música e indagando sobre el navegador, pero en mi mente queda este pensamiento: «A veces me precipito en las preparaciones»

miércoles, 24 de junio de 2009

Lo fácil que es

Las once menos veinte de la mañana. Repartidos los desayunos, tomo mi bocata y empiezo mi camino diario. Normalmente paseo entre ellos fijándome en cómo actúan o me quedo al lado de la mesa mirándolos. Hoy mientras me movía he cruzado la mirada con Susana. Es de las que clava sus ojos y apenas parpadea. Al cabo de unos segundos en silencio y sin apartar la vista señala con sus ojos la silla vacía a su lado y da dos palmaditas en la mesa volviendo a amenazarme con sus largas pestañas. Me siento a su lado y miro al frente, sabiendo que ella sigue fijándose en mí “a cara vuelta”. Antes de que le dé una contractura muscular en el cuello, giro la cabeza y rompo el silencio en el que nos habíamos sumergido:

-Te he visto en una foto con un vestido árabe en el campamento.

Su cara se ilumina como cuando se va a decir una genialidad:

-¿Ah, sí? ¿Y viste una foto mía barriendo?

-Sí, y otra pintándote las uñas.- le dije.

- Me gustó el campamento. Estuve una semana sin verte.- me suelta a traición mientras se ríe

- Y te eché de menos - le contesto – pero fueron dos semanas, que yo también estuve de campamento

- ¡Ay mi Curro! – sentenció abrazándome.

Luego volvimos al silencio que habíamos dejado a un lado, mirando ambos al frente, pero ella sonreía.

A veces me sorprende lo fácil que es hacer feliz a alguien. Más bien, a veces me sorprende lo fácil que es ser feliz.

martes, 23 de junio de 2009

No es tiempo de pensamientos

070 No es tiempo de pensamientos Ayer cuando volvía de mi “apertura espiritual” (je je) vi plantadas unas flores llamadas pensamientos y pensé que sería poético cultivar y cuidar pensamientos. Esta mañana escuché en la radio que cualquier semilla que plantes en la noche de San Juan agarra bien y me decidí a ser jardinero. He pasado gran parte de la mañana pensando en lo bello que me parece que los pensamientos vengan en semillas.

Así que he comprado una maceta de cerámica en mi taller para empezar con esta nueva odisea y al terminar el trabajo me he llevado la maceta a mi casa. Acto seguido he salido a comprar a un centro comercial, a la parte de jardinería, y he buscado incesantemente las semillas. Desgraciadamente no las he encontrado pero he descubierto por qué. Resulta que los pensamientos son unas flores que se siembran en otoño y por supuesto no las venden ahora mismo.

Derrotado me he dicho a mí mismo: - No es tiempo de pensamientos, Curro. – Al escucharme me ha entrado la risa y la gente del centro comercial me ha mirado con cara de estar pensando que soy tonto o algo peor. Me da igual. Yo, por mi parte, me he vuelto a mi casa con una sonrisa en la cara, una lección de jardinería aprendida y con la convicción de que los pensamientos florecen en cualquier época del año, aunque se planten en otoño.

071 No es tiempo de pensamientos

P.D: Por ahora mi maceta queda vacía.

Cita contigo

Hoy quedé contigo. Desde que nos despedimos el viernes sabía que pronto hablaríamos. Me recoges y me llevas al paseo marítimo. No sé cómo nos las apañamos pero acabamos siempre allí (nos gusta). Pedimos batidos de turrón y hablamos del tiempo, de la cena con sus consecuentes sorpresas, del camino, de campamentos, de revisiones... de ella, de agosto, de sueños, de conclusiones, de turín, de oposiciones, de apostolado, de condiciones, de lugares lejanos, de “lo que me viene bien”, de sentimientos, de blogs (ya sé que no te gustan…), de mensajes y botellas, de juegos de cartas… ¡Oye! ¿Tú no decías que no te contaba nada?

069 Cita contigo

En fin. Nunca he sabido cómo ser un buen amigo. Estoy aprendiendo. Gracias por empezar de cero conmigo, por seguir siendo, y por hacer que yo sea… Aunque me llames gilipollas (yo sé que no lo haces con mala intención)

P.D. ¿Te acuerdas del antifaz? (XD)

domingo, 21 de junio de 2009

¿Por qué canto?

 DCF 1.0

Algunas veces me he preguntado ¿por qué canto?

No termino de llegar a una conclusión que pueda definir como verdad absoluta. Es más bien un conjunto de sentimientos que voy descubriendo poco a poco, como cada cosa bella que tiene la vida. Siempre poco a poco:

Canto porque me gusta, y eso sin lugar a dudas.

Canto porque Dios me dio voz para utilizarla.

Canto porque no sé hablar, porque mis palabras se quedan cortas al sonido de las notas.

Canto porque no sé estar solo, porque hasta en los momentos en los que no estoy con nadie me acompaña las música, aunque de la partitura solo escuche los silencios.

Canto porque quiero a mis amigos, porque de mi no puede salir mejor regalo que lo más sincero que tengo: mis canciones.

Canto porque soy débil, porque me apoyo en cada nota que invento para seguir caminando.

Canto porque me preocupa el mundo, porque está necesitado de acordes.

Canto cuando la vida me duele, que la música adormece el alma, y en su eterna nana reposa tranquila.

Canto porque estoy cuerdo y necesito un poco de locura.

Canto porque Amo profundamente, y ese sentimiento me aclara la voz y le da fuerzas.

Canto porque vivo. Vivo porque canto.

Día Europeo de la Música (Felicidades)

¿Otra partidita?

067 Otra partidita

No se me dan mal los juegos azar. Suelo deducir la mano de mis adversarios con facilidad. Pero jamás había imaginado que mostraras tu juego con tal prontitud, haciendo que muestre mis cartas. No me dejaste poner cara de póker. No soy capaz de decirte si me hubiese salido algo interesante en la siguiente ronda. Quizá no. En eso sí que soy sincero. Últimamente no me han salido buenas cartas. Aún así pensaba, como ya te dije, que me quedaban 6 botellas de ventaja. No sé si gané o perdí. Eso es que perdí seguramente.

Son las 3:42 de la mañana y te releo (no sé ya por qué vez voy). Tienes razón y mi curiosidad pudo más (Procrastinador fracasado…). Mientras me fijo en cada frase estoy escuchando una y otra vez “Seguir Viviendo” (Masoquista empedernido…). Abrí la caja de Pandora, pero «no todo está perdido».

Bueno. La vida tiene estas cosas… ¿Otra partidita?

sábado, 20 de junio de 2009

¡Juega!

Tiempo atrás escribí este texto con el que casi gano un concurso del tipo “mandas tu texto, la gente vota y el más votado se lleva tal cosa”:

Hace un par de días en mi trabajo, una compañera puso un juego a uno de los chavales, y al ver que a éste no le motivaba demasiado jugar y dejaba el cubo de las piezas en la mesa, mi compañera alzó un poco la voz y dijo contundentemente: ¡JUEGA!...

Parece un hecho sin mayor importancia, pero a mi me ha impactado, me ha marcado, pues extrapolé ese "mandato" a los niños de hoy en día...

Veréis:

En esta época que nos ha tocado vivir en la que los parques se construyen con el fin de que ningún niño baje a la calle (y si no se lo creen, miren hacia el parque más cercano), citemos los famosos cartelitos que casi siempre son con forma de árbol en el que pone "parque infantil de 3 a 12 años" o similar.... en cuyos parques los que mas juegan son los que no tienen la edad comprendida... en este periodo en que los amiguitos de los niños son una pantalla y el "messenger", ahora que crece el sobrepeso (y por algo será) y aumenta la vida sedentaria... En definitiva, a estos niños a los que yo llamaría de la "generación play station", alguna que otra vez habría que darles un cubo de piezas para montar, un puzzle, una pelota, algún que otro coche de juguete, canicas o una peonza, y decirles un rotundo: ¡JUEGA!

066 Juega

Porque los niños no sólo tienen derecho a ser niños. También la  obligación.

Tesoro rescatado de “Cuentos Compartidos” (http://curroayllon.spaces.live.com)

22 de Noviembre de 2006

La cuestión es que hoy, releyéndolo he pensado: La peonza se ha vuelto a poner de moda. Gracias a Dios no estaba tan en lo cierto.

viernes, 19 de junio de 2009

Percatarse

Antes de ayer me crucé contigo, que es como cruzarse con “vosotros”. Esperabas paciente en un banco a que llegara alguien, también de “vosotros”. Leías entretenida unos apuntes y de vez en cuando levantabas la cabeza. Fijé mi vista en ti a gran distancia, porque te había reconocido. De repente me miraste, cambiaste la expresión de la cara, de concentración a sorpresa, te levantaste del banco y me saludaste.

-¿Qué tal estás? Me he enterado que has estado de campamento con tu trabajo

-Pues estoy muy bien. La verdad es que llevo un mes bastante bueno. ¿“Vosotros” bien?

-Muy bien, como siempre. El viernes tuvimos charla y después nos quedamos a cenar. ¿De dónde vienes?

-De casa de Pedro, de ensayar para el musical

-¡Qué bien! Y por lo demás ¿cómo estás?

-Bastante bien. En este proceso que estoy llevando me he dado cuenta de muchas cosas y la verdad es que estoy muy bien en este momento.

-Yo te noto bastante bien.

El resto de la conversación tampoco tiene tanta importancia. Hablamos de mí y mi situación, de “vosotros”, del verano, del musical, de quedar el viernes para cenar…

Pero me quedé con la frase “yo te noto bastante bien”. Es la primera vez que la oigo desde que comenzó mi crisis. La gente me suele decir “estás triste” “te veo apagado” en incluso “este no eres tú”, pero “yo te noto bastante bien” me pilló de sorpresa.

He empezado a pensar que estoy bien de verdad, lo cual es un gran paso.

Además de esto me percaté de algo en lo que pienso ahora muy a menudo. Me fui a casa con la sensación de querer a “vosotros” más que antes.

A Carmen O.

jueves, 18 de junio de 2009

Un gesto sencillo

Llevo una semana bastante buena. Desde que llegué del campamento estoy inmunizado contra tonterías, que en mi trabajo las hay a pares y de todos los tamaños y colores. Y me refiero con esto a las de la gente que calificamos “normal”.

Aún así, desde el martes llego a trabajar con una sonrisa, costumbre que había perdido, y tiene su raíz en una serie de comentarios y hechos que me sucedieron. El lunes me paró por el pasillo uno de mis compañeros y me dijo que la madre de uno de los míos que había venido de campamento conmigo le había dado las gracias porque su hijo había llegado pletórico a su casa, y éste me otorgó el reconocimiento y le dijo que había sido obra mía, cosa que agradezco aunque no sé si merezco, porque el chico puso mucho de su parte. Desde entonces esa mujer tiene detalles conmigo como parar con el coche a mi lado en el semáforo para saludarme y decirme que quiere hablar conmigo. Ayer me asaltó en el comedor y me dijo: «¡Ven que de un beso, que te lo mereces!. Mi hijo ha venido FELIZ. Le hablas del campamento y sonríe.»

Por mi parte, sólo hago lo que creo correcto pero «esas cosas se agradecen» como dice otro compañero mío.

Acostumbrados a no recibir nada en gratitud por el trabajo que hacemos, estas cosas son como agua de mayo, y me sirven para seguir luchando contra tantas tonterías con las que convivo.

Este mundo es muy bonito.

miércoles, 17 de junio de 2009

La velocidad de la semana.

Se llama Boris y es uno de los míos. Pasa las mañanas en el taller con la cabeza sobre la mesa, “descansando” porque está «malito del corazón». A veces se levanta para pasear y golpea el suelo con el pie para “despertar la pierna” porque se le adormece.

Boris tiene cinco obsesiones: Casarse con una chavala “bosquimana” o “murciegalita”, descalzos y en cueros, cosa que no ha ocurrido hasta el momento; pinchar a sus compañeros restregando su cabeza por los hombros cual gatito de dos por dos de magnitud; saltar vallas para “robar terrenos” y después venderlos a sus monitores; jugar con la cuerda que siempre lleva consigo; y por último, el tiempo. Pasa la semana esperando que lo vengan a recoger. A menudo se acerca, extiende como puede su nudosa mano y pregunta: ¿Cuántos días quedan para el viernes?. Entonces nombra los dedos con los días de la semana, situando el lunes en el meñique, y espera paciente a que le contestes “estamos a éste” y señales el dedo correspondiente.

- Hoy estamos a éste: es el miércoles. Para que llegue el viernes quedan dos días

- ¿A éste? entonces sólo queda mañana.

Se me olvidaba que el optimismo y la fe de Boris hace que nunca cuente el viernes como “día a pasar” aunque lo recojan a las 8 de la tarde, pero tampoco cuenta el día de hoy, aunque son las 9:30 y aún nos queda la jornada de trabajo completa. Supongo que cinco días le parecen muchos y necesita modificar la velocidad de la semana. Lo cierto es que lo consigue, la semana es más llevadera para todos cuando la cuenta viene desde sus torpes dedos, con los que, acto seguido, continúa enredando su cuerda.

martes, 16 de junio de 2009

Ensanchar el corazón

065 Ensanchar el corazón

Hay personas en la vida de cada uno que tienen la capacidad de ensanchar el corazón. Cuando te encuentras con ellos notas que amas más, que los días se te hacen más llevaderos. De repente te das cuenta que tus pesos se vuelven más livianos y que tus penas, que las tienes, son menos. Eres capaz de decirles sin vacilar un “¡Genial!” cuando te preguntan qué tal te encuentras, y ellos te contestan sin duda alguna: «Las vitaminas pal’ corazón dan resultado». Son personas que te confirman tu teoría: el amor no va ligado a la necesidad. Los quieres porque sí, aunque solo hayas compartido con ellos una semana o dos. Pero los sientes hermanos, de tu misma sangre, de tu mismo espíritu, de tu mismo Dios.

Y llega el momento de la despedida. Tú vuelas al sur con tus alas de águila y ellos se quedan arriba con un pedacito de ti. Piensas: «Sigue siendo difícil no volver la vista atrás o simplemente quedarse. Nunca me acostumbraré a esto». Pero sabes que debes migrar para volver a la realidad y enfrentarte a ella con tus nuevos sueños. Te marchas inquieto, pero en el transcurso del camino oyes una música que te dice “entiendo que algún día nos volveremos a unir” y suspiras aliviado, sabiendo que tarde o temprano abrirás de nuevo tus alas de águila rumbo al reencuentro.

A mis hermanos: Israel, Nacho y Jose Luis

Imagen: “king of the heart” de ursastudio (http://ursastudio.deviantart.com)

sábado, 13 de junio de 2009

Proyecto Madrid

064 Proyecto Madrid

Levantarme temprano para preparar la maleta. Volver a utilizar el coche. Conducir dos horas hasta Alcalá. Visitar un instituto. Patri. Ver el lugar donde acaban mis pertenencias cuando “las pierdo”. Recuperar mi teléfono móvil y saber que mi vida social sigue igual de interesante… Comer en Torre del campo y comprobar que no se me odia tanto como me lo pintaban. Comenzar por tercera vez el viaje a Madrid. Escuchar a Diego Cantero entonar “si escucho una canción bonita lloro” o a Jorge Drexler decir “antes de ti yo no era yo”, Seguir las instrucciones del gps y aún así perdernos por el centro de Madrid. Marta y Pablo. Una cocina como un plato de ducha. Relajarnos. Recoger un colchón hinchable. Arreglarnos para el concierto de Tontxu. Entrar en Galileo Galilei, otro de mis sueños de cantautor. “Que tener un amigo es tener, además, un tesoro” y acordarme de Jose y de Juan. Emocionarme al escuchar te amaré mejor. Cenar. Descubrir que tengo un 25% de estrés cerebral. Levantarnos. Desayunar porras, que no churros. Visitar el museo Reina Sofía. Ver juegos de color y forma en los lienzos. Recibir una regañina. «Esto es un lugar público». Montarme en el techo de una casa. Volver para almorzar. Paris je t’aime…  Y un montón de cosas que vendrán. (por ahora, patinar sobre hielo)

jueves, 11 de junio de 2009

Diario de Campamento (día séptimo)

063 dia septimo

Día séptimo: “Chimpún”

Lo único que he de contar de anoche que no escribiera es que leí este cuaderno de bitácora a mis compañeros. Acto seguido nos fuimos a descansar.

Esta mañana nos hemos levantado tarde. Sólo ha habido tiempo de recoger todo un poco, desayunar rápido, dar los regalos y de vuelta al centro. Hoy el viaje ha sido tranquilo. Parece que notan que esto se acaba y están deseosos de volver a sus casas. Hemos llegado al centro tocando el claxon, esperando la gran bienvenida. Aplausos, risas y abrazos justo antes de comer. Después del almuerzo los hemos llevado a sus casas y cada uno a la suya a luego.

Ahora son las 4 de la tarde. Ya llegué y me acomodé, descargué las fotos y leí los 143 correos atrasados de esta semana. Empiezo a escribir este cuaderno de bitácora en el ordenador. Puedo dar por finalizado este campamento.

Diario de Campamento (día sexto)

Día sexto: Sprint final

Ayer se acostaron todos sobre las 11 de la noche, aunque a las 10 ya los estaban desando. Nosotros vimos un rato la televisión. De repente empezaron a escucharse puertas cerrándose y fui a investigar cuando de pronto me encontré a alguien entre las sombras. La silueta dio un paso hacia la luz y descubrí que era Úrsula, bañador en mano y dispuesta a un baño nocturno. Dejamos que viera un poco la tele con nosotros y después nos acostamos.

Esta mañana de agosto parece reírse de nosotros. Quizá sabe que hoy toca recoger y ordenar maletas y por eso ataca con todo su calor. Menos mal que, acabada la tarea, hemos almorzado en el patio y al menos disfrutamos de este improvisado veranito. Un momento para reposar la comida y acto seguido nos ponemos guapos para dar una vuelta. Vamos a un centro comercial a comprar los souvenir de este campamento y de paso cenamos fuera.

Salida que se puede catalogar de “catástrofe". Desde que nos montamos en la furgoneta han empezado los llantos, los gritos y las rabietas. Cuando llegamos al centro comercial decidimos que el “divide y vencerás” es la mejor estrategia. Hacemos dos grupos: uno va a comprar los regalos y el otro se queda “tranquilo” en los bancos. ¡La peor espera del mundo!. La gente se paraba a mirar el “espectáculo” como si no hubieran visto nunca a gente como ellos. Hora y pico de suplicio después ha aparecido el otro grupo y hemos cenado en un burger con las consecuentes miradas. Al terminar caminamos hacia la furgoneta y volvemos a casa entre “no rompas más mi pobre corazón”, “Susanita tiene un ratón”, “Paquito el “cholatero””, “batuta” y otros grandes éxitos de toda la vida “made in Úrsula”. Llegamos y repartimos a cada uno en su cama y nosotros salimos al patio a brindar con sidra por este campamento y a contemplar el cielo. Luego nos repartimos los regalos: Un polo verde claro para Juan, un camisón para Cristina, un polo verde oscuro y un llavero de zueco naranja para mí y para Jorge… ¡el cubo de alitas que tanto ama! Ahora es la una de la madrugada. Hemos terminado de festejar la marcha del campamento y ahora vemos en la tele programas de temporada baja. Mañana la vuelta a casa. Hoy, otro día disfrutado.

Diario de Campamento (día quinto)

Día quinto: Fiesta country y nueva tregua

061 Día quinto

La fiesta de anoche estuvo lejos de ser “difícil de superar” como escribí. De hecho sólo fue “difícil” (sin superar). Cuando hubieron devorado las patatas y gusanitos y bebieron el licor sin alcohol y se hicieron los borrachos decidieron que era demasiado tarde y se quisieron acostar, haciendo que la fiesta durara una hora y media.

062 dia quinto

Esta mañana el sol se ha colado por entre las rendijas de la persiana, anunciándonos que nos ofrecía un nuevo día de tregua. Nos hemos levantado sobre las 11 de la mañana, hemos cambiado pijama por bañador y hemos asaltado el patio. Hemos desayunado bizcocho y disfrutado de la piscina, la música, las hamacas y el sillón de las siestas. Preparábamos los ingredientes para la paella y ellos disfrutaban de saberse libres de vigilancia (aparentemente) El menú de hoy, diseñado especialmente para días soleados, ha sido paella y melón. Llevábamos posponiéndolo desde el domingo porque la barbacoa se interpuso y ayer hizo “día de sopa”. Tras limpiar los utensilios ha llegado la hora de la siesta. Ellos reposaban a la sombra y nosotros al sol, que también lo merecemos. Justo en ese momento entraba yo en el segundo libro de este campamento y me dejaba fluir entre las páginas igual que un río. Para merendar, Juan ha cogido la batuta y ha preparado un batido con leche, plátanos, galletas, bizcocho y crema de cacao. Nosotros en cambio machacábamos patatas para hacer la ensaladilla de esta noche. Ahora que está todo hecho, pasamos el tiempo haciendo nada con ellos, disfrutando de sus cosas, que también hay que hacerlo.

Mañana nos esperan las maletas, la limpieza, el orden y todas esas cosas de despedida, incluyendo cena fuera. Hoy sin embargo ha sido un tranquilo y bonito día.

Diario de Campamento (día cuarto)

060 Dia cuarto

Día cuarto: “Una de cal…”

Al atardecer de ayer, los monitores no salimos al patio, dejando que ellos colonizaran la casa. Era genial ver como entraban, salían, se reían, juagaban, etc. confiados de ser los únicos dueños del campamento. Úrsula vino a visitarnos e intentamos enseñarle a decir “batuka” aunque creo que no lo vamos a conseguir:

Jorge: – Ba-tu-ka

Úrsula: – Batu-¡ta!

Jorge: – Ba-tu-¡KA!. ¡“KA” de “Caca”!

Desechamos el “plan-peli” y volvimos a poner música hasta que se acostó el penúltimo. Quedábamos Jorge, Cristina, Juan y yo. El deseo de Juan durante el día había sido ver una peli de terror y se lo concedimos. Cristina se fue en seguida a la cama y los dos que quedaban conmigo se durmieron en los sillones, así que al final la película la vi yo, que no tenía planteado verla. Tras una noche demasiado fresca y con sueños extraños de muertos vivientes que convivían con nosotros como si tal cosa, me he despertado al escuchar a Israel avisar a voz en grito: ¡Pipí!

- Ve corre, y luego vuelves a la cama, que aún no ha salido el sol.

Pero me equivocaba. Eran las 10 de la mañana, pero no se veía el sol porque estaba totalmente nublado. Me he levantado a recoger la ropa tendida y comprobar por mí mismo que hacía un frío horrible.

- Una de cal y otra de arena - me digo – Hoy tampoco hay piscina.

Desayunamos y vagueamos hasta la hora de preparar la comida, a la que ellos seguían vagueando. A la hora de comer nos ha visitado Ade y le hemos hecho un tour improvisado incluyendo el tejado, el sillón de la siesta y la ducha de hidromasaje. Después hemos vuelto a dejar que vagueen mientras preparábamos los carteles para la fiesta. Algunos de ellos se han sumado a la actividad y han estado pintando con nosotros. Otros preferían la siesta, que es igual de entretenido. Hemos desalojado el almacén y hemos preparado el local para nuestra fiesta “country”. Ha llegado el momento de las duchas y al preparar el “picoteo” por llamarlo de alguna manera, se ha puesto a lloviznar. Cambio de planes: cenamos en la casa y luego vamos al “saloon” en vez de cenar en el patio. Mientras se terminan de duchar todos aparece el primer rayo de sol del día, justo al atardecer. Al menos esperamos cambiar nuevamente y volver al plan original. Sea como sea ya estamos todos vestidos de “vaquero” con camisas de cuadros y rayas y prometemos pasar una noche de fiesta difícil de superar.

Diario de Campamento (día tercero)

058 Día tercero

Día tercero: Ha llegado el verano

Anoche, hartos de tanto cine, decidimos ofrecerles una alternativa un poco más movida. En una cajonera que estaba precintada y que nuestra curiosidad consiguió desprecintar, encontramos un dvd de hace un par de años (o un par de pares) de Batuka, o “batuta” como dicen algunos. Pasamos un rato bastante divertido bailando y hemos pensado repetirlo otro día. Después pusimos música en el salón y fuimos esperando a que uno a uno, cayeran rendidos y se acostaran. Tras una noche muy buena y un buen despertar, los habitantes de mi cuarto al completo han bajado a ver la tele y yo al patio. Y mientras emitían la muy nueva serie del coche fantástico, yo me sumergía en el maravilloso hotel de la isla de “St. John” en mi lectura, para seguir una epidemia de rumores, a la espera de que se despertara el resto de la casa, cosa que no ha ocurrido hasta pasadas las 11 de la mañana y medio libro.

059 Dia tercero

Hemos desayunado cereales y después nos hemos puesto los bañadores con la esperanza de salir, hoy sí, a la piscina. Parece que el día nos ha dado el visto bueno, porque el verano nos estaba esperando para disfrutar juntos de una gran jornada. Equipados con toalla y protector solar, salimos a conquistar el patio y la piscina. Hemos hecho una barbacoa, porque el sol nos ha dejado, y luego hemos reposado a la sombra hasta la hora de la merienda y las duchas. Durante ese descanso y mientras estaba pendiente de de que todo avanzara con normalidad, he retomado mi lectura para acabarla y enterarme del “modus operandi” ante una epidemia de rumores. Hemos tomado zumos y nos hemos duchado y ahora empezaremos a preparar la cena mientras Paco lidera el equipo “pro-unicaja” y gritan viendo el baloncesto en la tele. Esta noche veremos una película “no-disney” hasta que vuelvan a tener sueño.

Diario de Campamento (día segundo)

Día segundo: “Mi vida con Walt Disney”

Hoy el día no acompañaba. Después de haber pasado una noche muy tranquila y con muy buena temperatura, hoy ha amanecido nublado y con mucho frío. Teníamos pensado hacer una barbacoa en el patio y comer al solecito mientras nos bañábamos en la piscina, pero al final hemos pospuesto la comilona para un buen día. En ves de eso hemos encontrado un dvd con cinco películas disney. Sólo hay que darle al play y desaparecen seis de los diez chavales, comprobado.

Mientras ellos veían La Bella y La Bestia nosotros hacíamos camas y mirábamos las provisiones. Empezábamos a pelar patatas para la comida cuando ellos iban por La Bella y La Bestia 2. Preparamos la comida y los llamamos a  comer cuando en la tele se veía la imagen del Rey León. Hacen un parón para almorzar y luego vuelven a los sofás para seguir viendo la película. Como habíamos parado la peli en vez de pausarla hemos tenido que empezar a verla otra vez desde el principio. Poco a poco han ido cayendo en los brazos de Morfeo, para despertar mientras sonaba la sintonía de los créditos. ¡Justo para la hora de las duchas! ahora que están todos duchados y con el pijama puesto y además han merendado, amenazan con ver la segunda parte.

- Me gustan las películas Disney- comentaba Juan

- ¿Sí? No lo había notado- le contestaba yo.

Diario de Campamento (día primero)

Antes de empezar a escribir me gustaría aclarar que estas 7 entradas son producto del cuaderno de bitácora de este campamento que he disfrutado con unos cuantos de los míos. Todas se publican hoy. Espero que las disfrutéis.

 

Día primero: Bienvenidos a “Casa Bernabé”

Después de cargar dos furgonetas con todo lo necesario para el campamento, incluida comida para un regimiento, nos vamos distribuyendo para irnos al campamento. Conmigo vienen Paco, Ana Mª, Israel y mi pesadilla, Rubén. También me acompaña Cristina.

- ¿Todos listos? ¡Nos vamos!

Comienza el viaje y:

-Pacúo (mi nombre)

-¿Qué, Rubi?

- Pi… picina

- Muy bien, Rubén. Cuando lleguemos.

Empiezo a hablar con Cristina de lo que nos espera y esas cosas cuando…

-Pacúo.

- Dime Rubi

-Pi… pi… picina

- Vale, cuando lleguemos al campamento.

-Pacúo.

-Rubi, ¿Tú quieres escuchar música?

Enciendo la Radio.

-Pacúo

- Vale Rubén, por favor.

-Pacúo

-Guapo, para ya.

-Pacúo.

-Cállate un ratit…

-Pacúo

(A Cristina) – Me voy a hacer el sordo

-Pacúo

Silencio.

-Pacúo.

-Pacúo.

Subo el volumen de la radio.

-Pacúo

Llegamos a la autovía.

-Pacúo.

Sonando: “Hace mucho tiempo no me enamoraba de unos ojos tan…”

-Pacúo.

(A Cristina) – Me está volviendo loco. ¿Tú crees que voy a soportar una semana así? De verdad que me…

-Pacúo.

-¡Rubén! Tío, por favor…

-Pacúo.

¡Y así hasta llegar a Ríogordo!

057 Día primero

Bajamos de las furgonetas y nos saluda la casa y el paisaje. ¡Bienvenidos a Casa Bernabé! Hacemos una visita turística por la casa y sus alrededores, incluyendo habitaciones, el sillón de las siestas y el espectáculo principal: la piscina con jacuzzi. Después de hacernos al terreno donde vamos a pasar la semana, descargamos las furgonetas y amontonamos la comida en su lugar y las maletas en la entrada. Acto seguido nos montamos en las furgonetas de nuevo para ir a comer a un restaurante.

- Rubi, ¿Tú no prefieres irte con Jorge en su coche?

- Zi.

(¡Genial!) Y cambiamos de gente. En esta ocasión Cristina (otra diferente), Inés, Ana Mª, Israel, Paco, Beli y Úrsula. Continúa acompañándome Cristi. Y de repente:

- Curro.

-Dime, Úrsula.

- Shakira, Shakira, Shakira.

-¿Te gusta esa canción?

-Claro

Y de nuevo:

- Curro.

-¿Qué?

- Veo veo

- ¿Qué ves?

- Una cosita

- Y ¿qué cosita es?

- Empieza por la “T”

- Mmmmm, no sé, ¿Qué es?

-Elena.

Yo, con cara de circunstancia le contesto: – Muy bien, pues vale.

Hablo con algunos mientras bajamos a la carretera principal y de nuevo…

- Curro.

-¿Qué?

- Veo veo

- ¿Qué ves?

- Una cosita

- Y ¿qué cosita es?

- Empieza por la “T”

(Pienso: “Elena”) – Mmmmm

- El novio de Úrsula.

(…………)

Llegamos al restaurante y estaba todo preparado. Comimos muy bien. La comida era buena, salvo el gazpacho, que no gustó demasiado. Al terminar volvemos a la casa y nos acomodamos. Preparamos y distribuimos las habitaciones, hacemos las camas, ponemos golosinas y patatas para picar y nos dedicamos a hacer fotos a diestro y siniestro. Cuando terminamos de explorar los rincones y nos vuelve la cordura y bajamos del tejado, y ellos se han hecho al espacio y se han sentado en los sillones a escuchar música o ver la telenovela, pienso que debería escribir y subo a por mi libreta y mi bolígrafo. Mientras escribo sentado en una butaca azul, Inés mira los anuncios de la televisión y Rubén repite constantemente que quiere una “Evita Oki” que significa “revista de eroski”. Al mismo tiempo Cristina R. (desde ahora y para diferenciarlas a ambas) decide que no hace frío para bañarse en la piscina y se dirige a por su bikini. Juan sigue su idea y va a por su bañador. El resto permanece en el amplio salón haciendo “nada” o mirando la chimenea, blanca de haber estado encendida durante el invierno, pero en estado de hibernación en la actualidad. Hay un pequeño grupo de ellos en la zona de fuera, tomando el sol en el sillón de las siestas y mirando a los bañistas. Noto que me falta luz y salgo al sillón de las siestas a seguir escribiendo. Creo que, junto al tejado, ese sillón es mi lugar favorito de la casa. Los prefiero incluso a la ducha de hidromasaje del baño de abajo o al “apartamento adosado”.

Hace ya un poco de frío para estar fuera, así que ¡todo el mundo adentro! En esta casa perdida en lo alto de un monte tiene que hacer frío, pienso. En este momento de mi escritura he llegado a “la actualidad” (qué relativo). Algunos miran el programa “password”. Rubén se levanta y se golpea la cabeza él mismo con una hoja de papel. Jorge enciende una radio antigua que hay en el salón. Creíamos que era de adorno, pero se enciende. De todas maneras solo emite ruido blanco. Volvemos a pensar que sólo era de adorno…

Son ahora las 8 de la tarde. Hasta ahora ha sido un buen comienzo. (Ya contaré la hora de dormir).

Se puede declarar inaugurado el campamento. Bienvenido a Casa Bernabé.

jueves, 4 de junio de 2009

Vuelta al trabajo

056 Vuelta al trabajo

Madrugar. Hacer las cosas con prisa. Autovía. Atascos. Furgonetas. Ruta. “Fulanito no ha venido”. Sin esperas. El centro. Chavales. Saludos. Explicaciones. Café. Noticias nuevas. Taller. Compañeros. Papel reciclado. Excursión. Cotilleos. Compra. Campamento. Desayuno. Orden. Sobres. Ordenador. Música. Chavales. Almuerzo. “Cada uno a lo suyo”. “No puedes salir a la calle ahora”. Descanso. Pelar una manzana. Comida. Más compañeros. Las 3. Más música. Piruletas. Visita. “recoge tus cosas”. Taquillas. Rutas. Papelitos. “Cada uno en su casa…”. Vuelta al centro. A casa.

En fin: Volver al trabajo.

(Que no os engañe la entrada… Sufro lo mío…)

De obligada mención: Antonio S, gracias por “posar”

miércoles, 3 de junio de 2009

¿Qué hacer cuando no hay nada que hacer?

Hoy acudí a mi programada cita con el médico de la mutua para que viera la evolución de mi pie y me diera el alta definitiva, que ya me aburría soberanamente el estar tumbado en mi cama sin entretenimiento. A lo largo de esta semana he visto películas y series, me he conectado a internet, he tocado la guitarra y leído libros y todo ha sido poco para calmar mi aburrimiento (No cuenta el fin de semana). Hoy, que puedo hacer lo que me dé la gana, me he dado cuenta que no tengo nada interesante que hacer. De repente las actividades que he hecho durante este tiempo me cansan. Será que me saciado de lectura, de web y de música. La cuestión es que hoy también estoy tirado en mi cama pensando qué hago. Quiero patinar, pero mi pie no está en condiciones todavía. Quiero hacer fotos, pero mi cámara no tiene batería y de aquí a que se cargue se me ha hecho de noche. Quiero…           La cuestión es que no sé qué quiero. Me pregunto constantemente «¿Qué hacer cuando no hay nada que hacer?»

Menos mal que mañana vuelvo al trabajo que me va a quitar de inventar cosas. Trabajo del que me quejaré por haber vuelto, calculo que mañana al acabar la jornada (si no antes).

Nunca está uno contento…

martes, 2 de junio de 2009

Lo reconozco

055 Lo reconozco

Lo reconozco.

 

A veces te hago culpable de mis faltas para sentirme más ligero,

y clavo en mi pecho un puñal de olvido,

y te odio en alma y corazón,

aparto los ojos de tu imagen y te borro.

En ocasiones te cambio por cualquier cosa,

Y prefiero mirar a las nubes,

o sentir el césped en mi espalda,

o el aire en mi cara,

o la soledad en mi piel.

Hay un tiempo en el que no dejo al corazón sentir,

ni a mi ser crecer,

ni a tu ser volver.

 

Y es que hay veces en las que me vuelvo piedra,

y me tiro al río,

y me hundo,

y, aún hundido, no te prefiero.

 

Después vuelve la cordura y miro atrás,

y solo eres culpable de quererme tanto.

 

Tesoro rescatado de “Cuentos Compartidos” (http://curroayllon.spaces.live.com)

28 de Junio de 2007

lunes, 1 de junio de 2009

Me he sorprendido sonriendo

Tiene la costumbre de zarandear mi cordura y hacerme creer que todo es posible. Siempre me asalta con planes que suponen una capacidad de soñar muy superior a la mía. «Es un embaucador nato», dicen por ahí (y es verdad). Puede ser que no sepa decir que no, o puede que no sepa decírselo a él. La cuestión es que me dejo llevar por sus sueños, los hago míos. De repente me veo en un viaje hacia una tierra familiar, pero a la vez extraña. No consigo comprender qué es lo que hace que sus gentes desarrollen un profundo amor por las personas. Me siento pleno cantando a Dios junto a ellos o simplemente desayunando a su lado. Me embargan sentimientos de afecto, amor, fraternidad, ternura…

Mi pena pesa menos entonces y soy capaz de cargarla con dulzura.

Varias veces me he sorprendido sonriendo.

054 Me he sorprendido sonriendo

¿Cómo no darle la gracias a Dios a diario por cruzarlos en mi camino?

Imagen: “smile” de jordache (http://jordache.deviantart.com)

Vuelas muy alto

053 Vuelas muy alto

Para ser un gorrión vuelas muy alto, pequeña.

(Hasta la próxima locura)

Imagen: “Rough-Legged Hawk 2” de PhiliosophicWoodsman (http://philiosophicwoodsman.deviantart.com )