Para poder mirar con otros ojos nunca ha de olvidarse quién se es y valorarse en la misma medida en las adversidades y en las ocasiones felices.
Para poder ilustrar bien lo que quiero decir voy a ayudarme de un escrito de Paulo Coelho, de su libro “Como el río que fluye”, que puedes haber leído u oído un montón de veces, pero que merece la pena ser recordado:
Cassan Said Amer cuenta la historia de un conferenciante que comenzó un seminario tomando un billete de veinte dólares y preguntando:
-¿Quién desea este billete de veinte dólares?
Varias manos se levantaron, pero el conferenciante dijo:
-Antes de entregarlo, es necesario hacer algo.
Lo arrugó con toda furia e insistió:
-¿Quién quiere aún este billete?
Las manos siguieron levantadas.
-¿Y si hago esto?
Lo tiró contra la pared, lo dejó caer al suelo, lo arrugó, lo pisoteó y una vez más mostró el billete, ahora inmundo y arrugado. Repitió la pregunta y las manos siguieron levantadas.
-Ustedes no pueden olvidar jamás esta escena –comentó el conferenciante-. No importa lo que yo haga con este dinero, sigue siendo un billete de veinte dólares. Muchas veces en nuestra vida somos machacados, pisados, maltratados, ofendidos; ahora bien, valemos, aún así, lo mismo.
Paulo Coelho.
Como el río que fluye...??
ResponderEliminarexisten los billetes de cien dólares? :)
ResponderEliminar... te recomiendo también
ResponderEliminar"Cuentos para pensar" de Jorge Bucay.
Un saludo, y pronta recuperación, Curro.
Me gusta el símil, mucha gente debería aplicárselo y levantar la mirada del suelo.
ResponderEliminarSaludos.
mola (otra vez)
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