sábado, 10 de octubre de 2009

Abrazar la noche

DCF 1.0

Tengo una espinita clavada en el ventrículo derecho del corazón, la parte lógica del sentimiento. Hace algo más de un año asistí al juicio “El pueblo contra mi persona”, siempre subjetivamente hablando, y allí se me reprochó «ser yo» entre otras cosas. Desde entonces no he sido capaz de superarlo. Fui dejándome llevar por una espiral de sentimientos que me abrieron las puertas del pozo en el que me asomé a caer. En ese momento me prometí no volver nunca más a “Casa de Paz”, el lugar donde se celebró ese juicio.

De todos es sabido qué paso doy y en qué momento para salir a flote de este naufragio en mi vida. Pues bien, hoy Dios me vuelve a poner en camino a “Casa de Paz” para que abrace mi noche particular.

- No puede ser… no me gusta el sitio. – ha sido lo primero que he pensado al llegar a la casa donde dentro de veinte días compartiré sueño con mis compañeros de Ixcís al grabar el próximo disco que se va a titular cómo no: Abrazando la noche.

- ¿Ya has estado aquí? – me han preguntado mis hermanos, y no he tenido más remedio que contarles que “me trae no muy buenos recuerdos”.

- En la parte de abajo está el comedor, la cocina, dos habitaciones grandes y el lavadero. Cuidado con el último escalón al subir, que es más alto que los demás. Aquí arriba están las habitaciones de tres y cuatro personas, los baños y duchas, un pequeño oratorio, y situado en el salón, al lado de la mesa rota, está el círculo en el que los dedos me apuntaron. Fuera de la casa hay un patio y por el otro lado terreno para que jueguen los niños mientras grabamos, y al final, una piscina pequeña, que supongo yo, en noviembre no usaremos, ¿no? […]

Creo sinceramente que me va a costar un poco estar allí y volver a pensar en aquello que intento olvidar para “volver a mis raíces”. Si Dios me lleva allí será para que salga renovado y afronte mis luchas desde otra perspectiva. Llevaba ya un tiempo decidido a regresar a la comunidad, si es que mis hermanos quieren compartir conmigo. Esto es algo parecido a “la prueba definitiva”, el lugar de “purga” de mis miedos y rencores.

Cuando vuelva a Casa de Paz a encontrarme con mis fantasmas y entablar una conversación, contaré a “mis peces” que durante todo aquel fin de semana sonó “En común” como himno.

Estoy preparado para “abrazar mi noche”

1 comentario:

  1. Que duro me ha sonado lo de aquel juicio!

    Y es que muchas veces me pregunto:
    -" Quienes somos para cuestionar al otro?"-

    Un saludo, Curro.

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