Anoche hablé conmigo.
Me senté frente a mí y me conté. Me conté cosas que no sabía de mí y cosas que me han sucedido mientras yo no estaba. Puse mis sentimientos en común, compartí conmigo y saqué conclusiones. Y cuando acabé de dialogar me despedí, quedé para dar un paseo mañana y me di las gracias por haberme escuchado.
Cuando al fin estuve solo abrí el libro “Palabras a mí mismo” y leí:
«Está amaneciendo.
Me ha sido dado un nuevo día.
Otro día para oír,
y leer, y oler, y caminar,
un nuevo día para el amor, para la gloria.
Estoy vivo un nuevo día.»
Esta tarde no he faltado a mi cita. Fui a dar un paseo por la ciudad. Visité la feria del libro. Me recomendé libros que no he comprado o que no he encontrado. Me conté viejas heridas, y nuevas también, y la manera de la que he decidido curarme.
He subido a un monte desde el que se veía Málaga iluminada y allí he desenfocado mi cámara y he lanzado un par de fotos.
Después me he despedido de mí con un “encantado de encontrarme” y he vuelto por donde vine.
Me gusta que hables contigo y que te cuentes cosas, me encanta que vayas a la feria del libro!!!
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