lunes, 24 de agosto de 2009

“Plan-Mojito”

El día de ayer prometí estar aburrido. La tarde me rondaba la ventana animándome a asomarme y mirar al cielo, pero yo estaba más centrado en dolerme de mi “colisión” y sus correspondientes contusiones, cuando de pronto un mensaje inesperado apareció en la pantalla de mi ordenador: “El plan de hoy es mojito en la playa, ¿te apuntas?”. - Vaya, voy a tener que romper mi promesa – pensé. Silvia sabe siempre por donde atacar. Sus inocentes proposiciones y su desenfadado tono son parte de su infalible “táctica de combate”. Ella sabe lo que se hace, y aunque conoce de sobra que el alcohol y yo somos malos amigos, su propuesta era todo lo tentadora que necesitaba: “echar la tarde entre risas y en buena compañía”. Un poco más de tiempo me hubiese venido genial, pero a Silvia le encanta «ese estrés tonto» (palabras textuales) que acompaña a la época de feria, así que tuve que darme una ducha exprés y una friega de “réflex” como pude para soportar la tarde, para luego disimular el característico olor con unas gotitas (o más) de colonia, vestirme con lo primero que vi en el armario y bajar a marchas forzadas al coche para recogerla e ir a la radio, donde un mensaje al móvil que decía solamente “Voy” nos anunciaba que Dani iba a llegar rozando el límite del “llegar tarde” y eso que quedamos en la puerta de su trabajo. Durante la espera, que al final no fue tan larga como habíamos imaginado por el mensaje, descubrimos un libro de Coelho en el coche, que nos dio pie a una amena conversación sobre el futuro nombre de todos mis hijos, que se van a llamar igual según Silvia. Llegado Dani acompañado por su neverita portátil emprendimos la marcha hacia los mojitos, donde descubrieron que cuando no sé ir a donde me piden suelo ser un “poquito” brusco conduciendo (culpa de los guías, por supuesto). En el trayecto hablamos un poco más del libro que me había encontrado en mi coche y de por qué no recordaba que andaba por ahí y llegaron a la conclusión de que yo “Bebo borracho” (copyright Daniel Domínguez). Llegados a la playa nos encontramos con Cárdenas, el último agregado al “plan-mojito”. La tarde transcurrió entretenida entre mojitos y refrescos, hablando de backstage y de cámaras con carcasa submarina, del disco de Moby y de los Iphone, cuando nos percatamos del hambre acumulada. Decidimos bufet chino, donde aparte de comer y comer, hablamos de música (de nuevo) y descubrimos que ¡Dani no es famoso! (ya se… decepcionante, ¿Cómo se puede hacer emisión nacional en los cuarenta principales y no ser famoso?). Tras aprender a decir “no, gracias” a la comida que seguía llegando a nuestra mesa incluso después del postre, nos despedimos del restaurante y de una mujer de morado que se sentaba cerca nuestra y que había sido blanco de una de nuestras conversaciones. Y así terminó la noche, no sin antes haberse dejado Dani olvidada su nevera en mi coche, con sus correspondientes mofas en internet nada más llegar a casa. Anduvimos hablando on line un rato y leyendo poesías hasta que el sueño pudo con nosotros y decidimos dispersarnos.

Prometí escribir una breve reseña del día en mi blog.

No he conseguido que sea “breve”

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