Necesito urgentemente el mes de Septiembre, que me trague la rutina, que me ataque el despertador cada mañana. Necesito levantarme y conducir pesado, y quejarme del trabajo y desear vacaciones. Anhelo tener menos tiempo para mí y luchar contra el calendario, y arañar minutos al reloj para hacer los “deberes” del día. Me urge ocupar las manos y despejar la cabeza, empezar a pensar en el plural de la tercera persona y dejar de rondarme el ombligo, dejar de esconderme y salir al mundo, y darle la mano y ofrecerle una tregua, y luchar día a día, y volver a quererme, y sonreír algo más. Preciso viajar para disfrutar de mis hermanos y no para huir de una vida que me pilla a contrapié o como remedio para mis males, hacer nuevo cada viaje y no entender eso de “que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver” Quiero sentir a Dios cercano otra vez y dejar de vivir de lo vivido y conformarme con poco.
Necesito normalidad, si es que mi vida ha sido “normal” alguna vez.
También las almas -como los ríos y las plantas- necesitan un tipo diferente de lluvia: esperanza, fe, razón de vivir.
Cuando todo esto no sucede, todo en aquella alma muere, aun cuando el cuerpo continúe vivo; y las personas pueden decir que «aquí, en este cuerpo, hubo un hombre».
La quinta montaña – Paulo Coelho
qué casualidad...yo también necesito todo eso que tú necesitas, menos una cosa..."tu" dios. Mi dios es la VIDA y todas las noches le ruego que vuelva y me rescate de mi naufragio interior.
ResponderEliminarTe dejo un beso solidario.
p.d. no es preciso "devolver" la visita...hazlo porque lo deseas.