domingo, 9 de agosto de 2009

De lo ocurrido el Sábado día 8 de Agosto

Eran las once menos cinco de la mañana cuando llegaba al lugar quedado para ir a la playa con los amigos. Mientras esperaba a que llegaran los demás me cambié del asiento del conductor al asiento del copiloto para poder recostarme un poco. Agarré la almohada del vuelo de Miami – Madrid que traje como “souvenir” y que ahora habita mi coche y me dispuse a esperar. Siendo ya las once de la mañana entendidas por el grupo playero, once y veinticinco hora real (sí, debe ser eso, porque si no es imposible explicarse que lleguen tarde siempre) fueron apareciendo diversos* personajes cargados con bártulos domingueros (siendo sábado) y partimos rumbo a Maro para echar el día compartiendo frente al mar.

El viaje hacia allá fue algo menos que accidentado. Después de confundir el camino nada más empezar y salir por calles erróneas llegando a carreteras sin salida partimos rumbo a la autovía (evidentemente por el camino más largo) con sus correspondientes mofas, que nos acompañaron durante todo el trayecto. El camino fue llevadero, de no ser por los 80 km/h que apenas sobrepasamos debido a la densidad de coches y a que con ataques de risa es difícil conducir a velocidades superiores. La última encrucijada la resolvimos bastante bien tras intentar torcer hacia Granada, buscando la autovía de Almería, ambas con direcciones totalmente opuestas. Situados en el camino correcto logramos llegar a la zona donde íbamos a pasar el día, pero no teníamos claro qué calita escoger, así que nos paramos en una zona y cuando aparcamos volvimos a arrancar buscando otra. Yendo y viniendo tomamos contacto con la playa del cañuelo, donde definitivamente nos quedamos. Es una playa bastante bonita, pero hay que bajar en unas furgonetas de la junta de Andalucía, porque el paso está denegado a los coches, así que estuvimos alrededor de una hora esperando en una parada de autobús, con tropecientas mil personas delante y detrás de nosotros, con un calor sofocante**, y cargados de cosas, para después comprar el billete de “autobús” y bajar, billete que nos reveló que bajábamos a la playa del canuelo con tilde en la “n” (ni siquiera se puede escribir la “n” con tilde en el ordenador…)

El trayecto en furgoneta fue “precioso”: imagina tener una furgoneta de nueve plazas incluyendo el asiento del conductor y que “quepan” como mínimo 11 personas, sin elementos de seguridad, a toda velocidad cuesta abajo por unos caminos de tierra, llenos de polvo hasta las orejas y sin poder respirar muy bien. ¿Lo imaginaste? ¿A que es precioso?

086 De lo ocurrido (8Ago)

… ¡Y llegamos a la playa!. Preparamos sombrillas, toallas, etc. Dispusimos la comida a la sombra para no comerla “al horno” y nos fuimos al agua, cristalina y fresca, profunda y azul. Hicimos expediciones submarinas con la cámara de fotos y la carcasa acuática y disfrutamos del mar reconfortante. Después de eso decidimos comer un poco, así que hicimos un círculo y pusimos la comida en común: tortillas y ensaladas de pasta, patatas, aceitunas y todas esas cosas tipo picnic. Una de las pegas que tiene la playita es que la “arena” es un poco gorda, es decir, que no tiene arena, todo son piedras, así que pasábamos el tiempo en el agua y tumbados en las toallas, salvo Víctor y yo, que tuvimos un ataque de locura y jugamos a las paletas (hoy tengo los pies resentidos).Pronto, Abel y Dani desaparecieron para hacer otra incursión marítima, cámara en mano, y los perdimos de vista un par de horas mientras Víctor nos leía el final de un libro en alemán y Silvia explicaba palabras en español como si se hubiera almorzado el diccionario de la Rae. Pasado ese tiempo comenzamos a preocuparnos y Víctor y yo decidimos “dar un paseo” por la playa para buscarlos pero tuvimos que volvernos a los cien metros, porque si seguíamos íbamos a perder los pies de un momento a otro. Y menos mal que decidimos volver porque el dúo había regresado al campamento por el otro lado de la playa. Era la hora de empezar a recoger y estábamos un poco cansados, así que decidimos volver, y de nuevo esperar las furgonetas con tropecientas mil personas que tuvieron las misma idea. La vuelta en furgoneta igual que la ida… Y regresamos. Eran las diez menos cinco de la noche cuando llegue a casa.

088 De lo ocurrido (8Ago) 087 De lo ocurrido (8Ago)

089 De lo ocurrido (8Ago)

090 De lo ocurrido (8Ago) 

Maravilloso día.

 

*Diversos: Personas con diversidad intelectual.

** Sofocante: Es una palabra que “aprendimos” en la playa y que hay que empezar a usar.

Fotos: Víctor Pozo, Daniel Domínguez, Curro Ayllón…

 

 

 

 

 

(Diez minutos antes de llegar yo llegaron las malas noticias, los disgustos, las ganas de escapar…

Me fui a Benalmádena para ver a mis hermanos, lloré, me llovieron abrazos, conversamos, me contaron sus vidas y yo conté la mía, por capítulos, para no cansarnos y tener más cosas de las que hablar en próximos encuentros.

… Pero todo esto es parte de otra historia que no me apetece contar.)

2 comentarios:

  1. Me alegro de que por lo menos Maro te diese lo que a mí me dio, sobre lo demás... cuando tú quieras...

    ResponderEliminar
  2. Me gustan las fotos en está entrada! ^^

    Salu2

    ResponderEliminar