jueves, 11 de junio de 2009

Diario de Campamento (día cuarto)

060 Dia cuarto

Día cuarto: “Una de cal…”

Al atardecer de ayer, los monitores no salimos al patio, dejando que ellos colonizaran la casa. Era genial ver como entraban, salían, se reían, juagaban, etc. confiados de ser los únicos dueños del campamento. Úrsula vino a visitarnos e intentamos enseñarle a decir “batuka” aunque creo que no lo vamos a conseguir:

Jorge: – Ba-tu-ka

Úrsula: – Batu-¡ta!

Jorge: – Ba-tu-¡KA!. ¡“KA” de “Caca”!

Desechamos el “plan-peli” y volvimos a poner música hasta que se acostó el penúltimo. Quedábamos Jorge, Cristina, Juan y yo. El deseo de Juan durante el día había sido ver una peli de terror y se lo concedimos. Cristina se fue en seguida a la cama y los dos que quedaban conmigo se durmieron en los sillones, así que al final la película la vi yo, que no tenía planteado verla. Tras una noche demasiado fresca y con sueños extraños de muertos vivientes que convivían con nosotros como si tal cosa, me he despertado al escuchar a Israel avisar a voz en grito: ¡Pipí!

- Ve corre, y luego vuelves a la cama, que aún no ha salido el sol.

Pero me equivocaba. Eran las 10 de la mañana, pero no se veía el sol porque estaba totalmente nublado. Me he levantado a recoger la ropa tendida y comprobar por mí mismo que hacía un frío horrible.

- Una de cal y otra de arena - me digo – Hoy tampoco hay piscina.

Desayunamos y vagueamos hasta la hora de preparar la comida, a la que ellos seguían vagueando. A la hora de comer nos ha visitado Ade y le hemos hecho un tour improvisado incluyendo el tejado, el sillón de la siesta y la ducha de hidromasaje. Después hemos vuelto a dejar que vagueen mientras preparábamos los carteles para la fiesta. Algunos de ellos se han sumado a la actividad y han estado pintando con nosotros. Otros preferían la siesta, que es igual de entretenido. Hemos desalojado el almacén y hemos preparado el local para nuestra fiesta “country”. Ha llegado el momento de las duchas y al preparar el “picoteo” por llamarlo de alguna manera, se ha puesto a lloviznar. Cambio de planes: cenamos en la casa y luego vamos al “saloon” en vez de cenar en el patio. Mientras se terminan de duchar todos aparece el primer rayo de sol del día, justo al atardecer. Al menos esperamos cambiar nuevamente y volver al plan original. Sea como sea ya estamos todos vestidos de “vaquero” con camisas de cuadros y rayas y prometemos pasar una noche de fiesta difícil de superar.

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